Desde el inicio de la administración estatal de Enrique Alfaro se inició con la refundación del sistema carcelario en la entidad. En este periodo 2018-2024 se logró la eficacia penitenciaria de 99.95 por ciento con 26 mil libertades y sólo 17 reincidencias, de las cuales ninguna fue de mujer.
Los 14 centros de reinserción social de Jalisco atendieron en promedio a 20 mil personas: 13 mil en formación intramuros, 7 mil preliberadas o liberadas en supervisión. Lo que antes eran escuelas del crimen ahora son centros de formación en los que se trabaja con respeto a los derechos humanos, a la salud, deporte, capacitación, trabajo, cultura y acompañamiento jurídico.
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Parte de las mejoras que se hicieron en la administración fue la edificación del centro Cora, impulsado por Joanna Santillán Álvarez, Coordinadora del Voluntariado Jalisco, en conjunto con otras mujeres líderes como Maye Villa, Michelle Greicha Frangie, Ada Vargas, Tatiana Anaya Zúñiga, Gabriela Cárdenas Rodríguez, Marinela Servitje Montull, Lorena Ochoa, Ángela Orozco, entre otras.
Ellas lograron echar a andar el programa Comunidad de Mujeres Reconstruyéndose con Amor, con programas y acciones materiales para la reinserción social digna.
Al llegar a la recta final en esta administración, José Antonio Pérez Juárez, quien encabeza la Dirección General de Reinserción Social, concedió una entrevista a EL OCCIDENTAL en la que reveló cómo encontró Puente Grande y, en general, el sistema penitenciario a su llegada y cómo queda al término de esta administración. Además, advirtió el riesgo de que no haya continuidad en el trabajo que se hizo en el sistema carcelario.
¿Cuál es la satisfacción que le deja al estar al frente del sistema penitenciario?
"Qué a pesar de muchos factores adversos, algunos naturales, otros fabricados, logramos integrar la gran mayoría de los 3 mil 200 trabajadores. Entendimos que el reto no era sencillo, que íbamos a rescatar un sistema penitenciario corrompido, abandonado y alejado de la sociedad, y que este reto no sólo era temerario, quizá era hasta riesgoso porque no nomás encontramos como punto de cuidado los poderes fácticos al interior de los reclusorios, también la custodia penitenciaria corrompida".
¿Cuál es su principal orgullo?
"No haberle fallado a la sociedad, a las personas privadas de la libertad y no haber fallado a la confianza que tuvo el Ejecutivo Estatal, en este trayecto que transitó por escenarios turbulentos de repente".
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¿Cómo recuerda al llegar al DIGPRES?
"Terrible. Estaba sucio. Tuve una experiencia en mi primer ingreso al Reclusorio Preventivo. Me dijeron que había una persona de un grupo delictivo que era el que 'mangoneaba'. Entonces me dirigí, 'voy a hablar con él', y un custodio me dijo: 'espéreme, déjeme avisarle al jefe a ver si quiere'. Me sorprendí, le dije: 'el jefe soy yo'. 'No, es que es don fulanito'. Eso me dio el aviso del nivel de corrupción y a lo que yo me iba a enfrentar. Más que la corrupción de los poderes fácticos del autogobierno había sido la autoridad penitenciaria corrupta y también una sociedad apática".
¿Qué centro penitenciario logró más recursos para infraestructura?
"A cuál le falta 'meterle mano', a todos. A cuál se le destinó, en principio al femenil; al Metropolitano se le invirtió, no tenía instalaciones deportivas, hoy las tiene, un hospital penitenciario".
¿Logró reducir el déficit de custodios?
"Es un tema importante porque yo me quejé. No ejercí casi 200 plazas de custodio. Si la multiplicas por 20 mil pesos durante 6 años, tuve un ahorro enorme, y ese dinero no lo vi, no volvió a reinserción. Son cosas que no entendí. Son temas técnicos que debe revisar quien tenga la responsabilidad".
Usted conoce el sistema penitenciario de pies a cabeza. ¿Continuidad en el trabajo?
"Considero que sí, porque el tema de prisión es muy delicado, varía en un minuto o en una hora. Aquí no hay días para rectificar. Parte de los resultados positivos es que (en el pleito) en CRS (reclusorio de sentenciados) yo estaba en mi trabajo cuando empezó una riña entre dos internos; duré 3 minutos en llegar. Ingresé, controlé y calmé. El tema de reinserción, por el riesgo que implica la ambición de los grupos delictivos, ahorita están tranquilos, pero si llega alguien que se debilita, ignora, pero se corrompe, se pierde todo".
¿Qué perfil debe tener el titular?
"Un temple para saber que se va a transitar en un campo minado, que lo transité yo, y el perfil es una persona que conozca la naturaleza de una prisión. El perfil no puede ser improvisado".
¿Estaría dispuesto a continuar en el cargo si así se lo solicita el próximo gobernador?
"Soy un abogado de profesión, un jalisciense que quiere a mi estado y no dejaría de hacer algo que estuviera a mi alcance por mejorar la calidad de vida en mi estado. Lo que sí estoy seguro es que, sea cual sea el proyecto del gobernador, lo que esté a mi alcance, dentro o fuera de la institución, con mucho gusto lo sumaré al proyecto".
¿Quitaron el autogobierno?
"Los poderes fácticos del autogobierno se alimentan por el hambre que tienen los demás internos, no por miedo. Cuando la autoridad les negó, el autogobierno sustituyó al estado. Así se crearon los autogobiernos. Ahorita te puedo decir que no tengo autogobierno, debo hablar de un cogobierno: las ligas de béisbol y fútbol sesionan como si estuvieran en libertad. Te puedo decir que, aún los grandes líderes de grupos delictivos, si quieren música me la tienen que pedir por escrito, revisarla por el comité técnico y, aparte, compartirla con la población. Autogobierno no tengo; cogobierno lo tengo en dos centros (Preventivo y CRS) que están perfectamente controlados".
¿Se redujo la sobrepoblación?
"Recibí un 156 por ciento de sobrepoblación y la tengo con un 26 por ciento. La capacidad es para 14 mil internos y tengo 13 mil 300. Si te vas a los términos reales no tengo sobrepoblación, pero en el preventivo la capacidad es para 4 mil 500 y hay 5 mil 300. Tengo una sobrepoblación de 800, pero la recibí con 8 mil".