La población de supervivientes de cáncer enfrenta una serie de cambios que los confronta con una doble realidad: tiene tiempo de vida a su favor, pero su calidad de vida, se ve comprometida por diversas circunstancias.
La Primera Encuesta de Supervivientes de México, realizada por Insight Comunicación Estratégica y Humana en colaboración con el Instituto Nacional de Cancerología (INCan) y la Universidad del Pedregal (UdelP), realizada en 2019 muestra diferentes factores para que un paciente de cáncer pueda lograr la supervivencia y cómo es su vida después del tratamiento.
La doctora Laura Súchil, jefa del Departamento de Vinculación Institucional del INCan, mencionó que, los resultados de la investigación ofrecen información acerca de los supervivientes mexicanos.
“Información que podrá utilizarse para establecer programas de intervención, formación y concienciación, y para el desarrollo de planes de seguimiento que den cobertura a las necesidades de los supervivientes, a mediano y largo plazo, que contribuyan a la mejora de su salud y bienestar”.
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Los ejes de la investigación considerados fueron: Diagnóstico; tratamiento y atención médica; y calidad de vida. De manera general, el estudio encontró que el 73% de los supervivientes fueron pacientes de cáncer de mama, 7% de cáncer de ovario, 5% de cáncer cervicouterino y en menor medida de cánceres colorrectal, próstata, carcinomas y leucemias.
Por otro lado, se muestra que el 49% de los participantes tardó tres meses en ser diagnosticado, la enfermedad se encuentró en las primeras etapas de evolución, el 67% de los casos se encontraba en etapa II (28%), III (23%) y metastásica (16%).
Referente al tratamiento, el enfoque principal fue conocer sobre las terapias y tratamientos innovadores que podrían permitir un mejor pronóstico ante la enfermedad.
El 30% de los pacientes tuvieron acceso a este tipo de tratamiento, que puede tener una duración desde 3 a más de 24 meses, tal como ocurrió en el 38% de los casos.
Finalmente, en cuanto a la calidad de vida, el hallazgo más importante fue destacar que, con el alta médica vienen nuevos desafíos para los supervivientes, entre ellos el bienestar general en términos físicos, el equilibrio emocional, la reincorporación laboral, social e incluso familiar.
Los principales aspectos que afecta la enfermedad están asociados a la imagen o aspecto físico, que se ve impactado durante y después del tratamiento.