La tecnología ha llevado las batallas de guerra fuera de los terrenos armamentista, ahora también se combate golpeando los mercados, los medios tradicionales, con sanciones económicas entre estados y hasta el mundo del arte, lo anterior forma parte de la llamada ciberguerra que los países bélicos suelen ejercer como otra forma de lucha.
El foro FIL pensamiento presentó Nuevas modalidades de guerra en el siglo XXI: de las armas a la ciberguerra, el panel contó con la participación de Craig Deate miembro de la facultad de la Universidad de Estados Unidos y Jerónimo Domínguez asesor jurídico en la Armada de España quienes indicaron que aunque en muchas guerras no se utilicen las armas sí se encuentran en emergencia.
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Los especialistas coincidieron en que el ciberespacio es ahora un posible mecanismo de desestabilización social, desinformación en redes sociales, el crecimiento exponencial de las teorías de conspiración, y hasta posible intervención en elecciones por lo que hoy en día se pone en riesgo la democracia.
“Hemos ido en ese punto de la historia de la prehumanidad a un mundo donde ahora no simplemente se pelean, se organizan y se despliegan fuerzas para pelear en la tierra en el mar, en el aire sino también en el ciberespacio y en el espacio, el punto es que la guerra es la búsqueda de poder en un grupo en contra de otro” apuntó Craig Deate/ miembro de la facultad de la Universidad de Estados Unidos.
El espionaje, sabotaje, propaganda, fake news o ataques directos a sistemas de infraestructura son parte de las nuevas nuevas modalidades de guerra en el siglo XXI pues de las altas de paso a la ciberguerra.
Para Craig Deate la tecnología ha avanzado tan rápido que las redes sociales ya no sólo son una aplicación donde se conoce a personas de todo el mundo, asume que si estas no son utilizadas con precaución se pueden organizar batallas por la diversa información que en ellas circula.
Los especiales del panel FIL pensamiento cuestionan si todas las nuevas modalidades de tecnología ponen en riesgo el orden democrático establecido y lanzan las preguntas: ¿Están los estados y sus instituciones preparadas para este nuevo paradigma? ¿Qué soluciones multilaterales en materia de seguridad se pueden emplear para salvaguardar el orden democrático y la estabilidad en el globo?
Respuestas, que esperan que los gobernantes ya trabajen o se está destinado a vivir en un mundo donde la tecnología y la Inteligencia Artificial dominen la paz de la humanidad.