Colima, COL (OEM- Informex).- El sismo del 19 de septiembre destruyó parcialmente la vivienda de la señora Josefina Monroy al registrarse la explosión de un cilindro de gas LP. Para ella fue un milagro que no le haya pasado nada, así como tampoco a su familia.
En el momento del estallido a ella le preocupaba su nieto de dos meses de nacido, ya que fue expulsado de los brazos de su madre por la fuerte onda expansiva, sin embargo resultó ileso del impacto.
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¿Hace cuantos años que vivía en esta casa?
Hace 50 años, llegué cuando me casé.
¿Cómo fue ese lunes del sismo y explosión?
Estábamos por salir a sentarnos mi hija y yo por el calor cuando le dije a ella 'se me hace que está temblando' cuando se vino más fuerte y oímos fuerte la explosión en nuestra casa. Vi que mi hija se fue para atrás con el bebé en brazos. Pensé 'el temblor me mató al bebé'. Gracias a Dios no le pasó nada, nomás está muy asustado.
Estaba un hijo mío enfermo ahí mismo, quiso salir y no pudo; se fue para atrás en la explosión. También pensé que el sismo me lo había matado. Lo atendieron y ahí está afortunadamente bien.
¿Qué fue lo que explotó?
Fue un cilindro que teníamos afuera de la cocina. No me explico cómo pasó. El cilindro estaba amarrado. No sé si le cayó un pedazo de techo y al cimbrarse más fuerte seguramente se cayó y en el impacto explotó, pienso yo. Al instante hubo mucho fuego, humo, es lo que alcancé a ver.
¿En esos momentos alguien se solidarizó?
Aquí hay mucha gente muy buena. Todos los vecinos de alrededor sacaron baldecitos con agua para apagar las llamas en lo que llegaban los bomberos. Vinieron todos los servicios pero los bomberos andaban ocupados en otro incendio.
¿Los revisaron para descartar lesiones?
Sí. Pero yo me puse muy grave, sentía que me iba a dar un paro porque soy hipertensa. Tengo azúcar y tengo de todo.
¿Cuál fue su sentir al ver su patrimonio en escombros?
Estaba con el corazón todo apachurrado. Qué más puedo sentir porque mi esposo él ya no está. Estoy solita soportando todo el dolor. Sentía mucha tristeza. Yo tengo mucha fe en Dios, lo único que les pido es que me levanten la casa, que me pongan mis cuartitos y de lo demás Dios dirá.
El jueves 22 hubo otro fuerte sismos ¿Cómo lo percibió?
¡Ay Dios! De hecho no he dormido desde aquel entonces, del primer temblor del 19 de septiembre. Me estoy yendo con mi hija, ella me dice que descanse, que ella está pendiente de mi sueño, pero yo no puedo.
Siento que para mi el sueño ya no existe.
¿Qué le han dicho, que se pueda rescatar de su casa?
Nada. La casa ya no se habita. Me dijeron que no me desespere, que pronto iban a darle seguimiento a eso de la solicitud de las bardas.
¿Considera que se trató de un milagro?
De hecho fue un milagro muy grande, en la forma que hayamos alcanzado a salir mi hija, el bebé y yo, porque casi no lográbamos salir.
¿Cuál es su sentir al paso de los días?
Todavía no se me quito el sentir del susto y de aquella explosión. Todavía lo siento en mi cabeza. A mí edad todavía no me controlo. Me siento muy mal. A nadie le deseo esto y más con una bebita de dos meses. Estoy desgastada del susto, de la pena, de todo, de ver la casa caída. Ella está convencida de que lo material va y viene, pero la vida no, por lo que espera que muy pronto pueda levantar su hogar para dar la vuelta a este amargo capítulo de su vida.
Ese día, recuerda que hacía mucho calor y su hija y ella salieron y se dio el temblor y luego la explosión.