Entrega insensata, recuerdo de una añeja tradición

Esta obra muestra ese encanto de escribir los libros y sobre todo el arte de tener paciencia para escribir, ahora “la gente ya no piensa lo que escribe, escribe lo primero que se les viene, no a la cabeza sino al hígado en las redes sociales”.

Víctor Ramírez | El Occidental

  · martes 3 de diciembre de 2019

Foto: Cuartoscuro

Recordar aquella tradición de escribir cartas a una persona y enviarlas por correo es parte de la historia del libro “Entrega Insensata. Cartas a la Deriva” del mexicano Xavier Velasco, pero también hablar de la incertidumbre de si ese mensaje llegó a su destinatario, si lo leyó, es decir rendir una especie de homenaje a esa tradición que prácticamente ya se acabó.

“La costumbre de escribir cartas ya como tal no existen, yo creo que las cartas en este momento son la gran oportunidad del romántico, sigo pensando que a estas alturas recibir una carta de amor y recibirla por el correo tiene que ser un acto de una inmensa originalidad, especialmente para los millennial que creo que en su vida han escrito ni una carta, tampoco saben ni sabrán de esa espera agridulce que seguía al envío de la carta y decir qué va a pasar después”, indicó entre risas.

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Fiel a su estilo y siempre con una enorme sonrisa cuando platica sobre sus libros o de algunos pasajes que lo inspiran para escribir, Xavier Velasco, indicó que ese espacio de incertidumbre que ya no existe y fue reemplazado por las tecnologías ya que ahora uno envía un mensaje por celular o dispositivos electrónicos y a la media ahora se desesperan si no hay respuesta

Esta obra muestra ese encanto de escribir los libros y sobre todo el arte de tener paciencia para escribir, ahora “la gente ya no piensa lo que escribe, escribe lo primero que se les viene, no a la cabeza sino al hígado en las redes sociales”.

Otro grave problema que se tiene con los dispositivos electrónicos es el famoso autocorrector que escriben cosas tan intensas como obscenas. “l agente mete mucho la pata con el autocorrector pero también si no lo tienen” es decir podrían ahorrarse muchos errores ortográficos al usarlo, mientras se ríe.

Luego reflexiona y dijo que cuando no había Internet nos quedábamos con tantas dudas y que ahora se resuelven con los buscadores y que no estaban tampoco en las enciclopedias, las cuales ya tampoco hay.