La pujante industria de las berries, frambuesas y otros frutos rojos, privilegiada por ser una forma rápida de hacer negocio, invade hectáreas que antes estuvieron sembradas por la planta del tequila, que aunque igual de fructífero tarda entre 6 y 8 años en madurar, y hoy el paisaje agavero, declarado por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad, está en riesgo de perder esa importante etiqueta.
En Jalisco solo hay dos declaratorias de tales dimensiones por parte de la UNESCO, una de ellas es al Hospicio Cabañas, construido a principios del siglo XIX, y la otra, el Paisaje Agavero y las Antiguas Instalaciones Industriales del Tequila.
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Es esta última la que enfrenta un problema serio, porque no se han respetado las 34 mil 658 hectáreas que desde el 12 de julio de 2006 se declararon parte de ese patrimonio y ahora en algunas partes se están sembrando arándanos, berries y otros frutos rojos, lo que representa que los emblemáticos campos de agave azul tequilana weber, se manchen con grandes carpas blancas de plástico.
La situación cobra relevancia porque a nivel mundial existe una Lista del Patrimonio Mundial en Peligro, a la que entraron algunas otras declaratorias, como el Puerto de Liverpool, el Paisaje Cultura del Valle del Elba, en Dresde, Alemania y el Santuario del Oryx, en Omán y ahora ya no cuentan con declaratoria, pues se descuidaron y la perdieron.
La pérdida de una declaratoria es por acuerdo de la propia Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés) y en México con el crecimiento que ha tenido la producción de fresas, arándanos, frambuesas y zarzamoras bajo carpas, los promotores de la declaratoria obtenida para el Paisaje Agavero y las Antiguas Instalaciones Industriales del Tequila externaron su preocupación.
Uno de ellos es Luis Yerenas Ruvalcaba, quien fue representante de México ante la UNESCO para obtener el nombramiento en 2006 y actualmente forma parte del Comité del Paisaje Agavero dentro de la Cámara Nacional de la Industria Tequilera (CNIT).
“Estamos adormecidos, la casa se está quemando y ni cuenta nos damos, lo veo así de alarmante y peligroso y he subrayado mucho que hay gente que ve lo que pasa y hay gente que hacen que pasen las cosas y tenemos que ser los que hacen que se hagan las cosas y no solo las vean pasar”.
Recordó el entusiasmo con el que en el año 2000 iniciaron las gestiones, luego de que la UNESCO anunció que se sumaban los paisajes culturales a la lista de espacios patrimoniales y seis años después se declaró que las 34 mil 658 hectáreas de agave azul tequilana weber en los municipios de El Arenal, Amatitán, Tequila, Magdalena y Teuchitlán ya eran parte del Patrimonio Cultural de la Humanidad.
En el mismo sentido, Ignacio Gómez Arriola, también gestor de la declaratoria y representante del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), recordó que en México en el año 2000 había una veintena de declaratorias, todas eran zonas arqueológicas o ciudades históricas y el Paisaje Agavero fue la primera en su tipo.
Afirmó que si bien la producción de berries ha posicionado a Jalisco como uno de los líderes a nivel nacional e internacional, la realidad es que las plantaciones en área agavera pueden perjudicar el reconocimiento que se tiene en el mundo del tequila y ahora también del paisaje agavero.
“El problema no son los berries, el problema es el plástico blanco en donde envuelven los berries para que nazcan, la extracción de agua, que nos va a generar un problema a futuro, la pérdida de los nutrientes donde están sembrados los berries, porque los campos quedan estériles a los diez años y nos preocupa mucho porque estamos hablando de paisaje, pero si vez un paisaje en donde aparecen estas manchas blancas y no aparece lo que su puestamente es el patrimonio mundial, que son las plantas de agave, empezamos a tener un problema”.
¿QUÉ OPINAN LOS POBLADORES Y TEQUILEROS?
El maestro tequilero y propietario del tequila Adictivo, Gildardo Partida Hermosillo, lamentó la situación a la que se están enfrentando, pues desde que comenzó a promoverse el paisaje agavero y surgió la ruta del tequila, la zona creció económicamente, en beneficio de sus pobladores. “Como habitante de esta región privilegiada, cuyo epicentro comprende principalmente los municipios de El Arenal, Amatitán, Tequila, Magdalena y Teuchitlán, asumimos nuestra responsabilidad en el cuidado del paisaje biocultural, el cual es la esencia de nuestra identidad y significa a la vez uno de los recursos más importantes que articulan nuestra economía y en gran parte la vida social de nuestras comunidades”.
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