En México se desperdician 28 millones de toneladas de alimento al año , informó Juan Vilches, director de Food Innovation Studio, quien explicó de acuerdo a estudios elaborados en Europa, que una persona al abrir su refrigerador y encontrar huecos, tiene una sensación de escasez alimentaria, compra alimento de más y luego se desperdician.

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“Siempre que hay disponibilidad de alimentos sacrificamos la parte de salud al comer más, con el afán de terminar los alimentos que tenemos y no es una ingesta regular hasta que estamos satisfechos, sino hasta que estamos completamente abotagados”.

La industria de alimentos está desarrollando programas sustentables desde la producción, evitando en la medida de lo posible el desgaste de recursos y revisando qué se hace con el desecho, tanto de productos, como del plástico que se utiliza para envolver o conservar.

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“Una parte estratégica de las marcas es desarrollar programas sustentables que puedan ser comunicados al consumidor, que ahora decide comprar un alimento no sólo por el precio o el empaque, sino por el impacto ecológico de ese alimento en el mundo”.

En el caso de México, esa práctica sustentable apenas comienza con las compañías grandes, sobre todo las que son trasnacionales, que han disminuido el uso de plásticos en sus envolturas.

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Dichas medidas comenzaron a implementarse desde hace aproximadamente cinco años en establecimientos con nombre a nivel internacional y el siguiente paso es comenzar a ofertar productos al final del día, como ya sucede en España y otros países, principalmente europeos.

“Es un tema cultural entender lo que significa desperdicio, que no necesariamente es algo echado a perder y entender que hay una oportunidad sustentable de hacer algo por el planeta y también una posibilidad económica de ejercer un programa que beneficie a la compañía”.