En Guadalajara se reúnen alrededor de 30 mil para defender al INE

Al grito de “abajo el Plan B”, alrededor de 30 mil personas se mostraron en favor del Instituto Nacional Electoral (INE) en el centro de Guadalajara.

“Corte escucha, el INE es nuestra lucha”, fue otra de las principales consignas de quienes rodeaban el templete colocado frente al monumento de Miguel Hidalgo aboliendo la esclavitud, en la Plaza Tapatía.

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Los oradores aseguraron que la concentración de este domingo podría ser la antesala de más manifestaciones, las cuales comenzaron el 13 de noviembre en el país.

“Ese Plan B también lo vamos a sepultar gracias al apoyo y energía que ustedes manifiestan, ustedes están logrando que hoy la sociedad esté visible y en más de 100 ciudades del país y el extranjero donde hay dos o tres mexicanos hay manifestaciones exigiendo que el INE no se toque”, afirmó Santiago Baeza, escultor y activista.

En el mismo sentido, Mauricio Merino, académico de la Universidad de Guadalajara y ex consejero electoral del extinto Instituto Federal Electoral (IFE) señaló que hay 94 millones de electores y alrededor de 3 mil 329 servidores electorales y a su consideración “van a poner gente a modo para suplirnos”, asegurando que la mejor idea “si quieren ahorrar que quiten a los ciervos de la nación”.

Con un mensaje de inclusión, Regina Topete señaló que el tiempo obliga a “decidir y defender”.

A la concentración en el centro tapatío acudieron diversos ex funcionarios públicos, algunos de ellos que fueron alcaldes o regidores en área metropolitana de Guadalajara, entre ellos Arturo Zamora, Eugenio Ruiz Orozco, Leobardo Alcalá, Salvador Cosío y el ex gobernador jalisciense, Emilio González Márquez.

Estuvieron también líderes de agrupaciones civiles, como FRENA y algunas que se han mostrado en contra del aborto, que se encargaron de recabar firmas.

Hubo también quienes aprovechando la concentración, vendieron en 150 pesos sombrillas rosas con la leyenda “el INE no se toca”, repartieron gorras con la misma frase y cientos de calcomanías que la gente se pegó en su ropa, bolsas y mochilas.