Entre dos y tres kilos puede acumular una persona que no tiene hábito del ejercicio, a causa de las comidas y bebidas de Navidad y Fin de Año, advirtió el director de la Unidad de Medicina Familiar 54 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, José Luis López Macías.
Esto, porque las comidas se caracterizan por tener niveles altos en carbohidratos, como los tamales, el ponche, los pasteles, buñuelos, bebidas alcohólicas y dulces, que no sólo predispone a subir de peso de manera progresiva, sino también a desarrollar problemas digestivos y a agravar condiciones crónicas como la diabetes mellitus y la hipertensión arterial, tanto en adultos, como en niños.
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“Se tiende incluso a hacer menos ejercicio por las condiciones climáticas, pero es importante insistir en que hay que cuidar nuestra salud y contrarrestar lo que ya hemos mencionado moderándonos en nuestra manera de comer y realizando ejercicio incluso dentro del hogar si el frío no permite realizarlo al aire libre”.
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Dijo además que en ésta época muchos pacientes interrumpen sus tratamientos y un descuido puede tener consecuencias graves, aunque el tema que más preocupa, es la ingesta de alcohol. “Lo que verdaderamente nos debe preocupar es que un estado alcohólico agudo va ligado a una mayor incidencia de accidentes, no sólo en automóvil, sino también en el hogar. La idea no es dejar de disfrutar las fiestas, es estar más atentos a lo que comemos, a lo que bebemos, a cómo cuidamos nuestro cuerpo para terminar e iniciar bien el año”.