En el país actual existe una amenaza en contra de los órganos autónomos, por lo que desde las universidades públicas se debe de trabajar para no lograr perder esa independencia sin que esto signifique una separación total del estado o la sociedad, refirió José Narro Robles, exrector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
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Como parte de la conferencia "Reflexiones sobre la autonomía universitaria" que impartió este jueves en el Paraninfo Enrique Díaz de León de la Universidad de Guadalajara (UdeG), el académico habló sobre la importancia porque las instituciones públicas de educación defiendan y enarbolen esta autonomía con la que se desenvuelven.
Definió la autonomía como algo que conlleva no sólo un derecho sino también una obligación, que tampoco puede ser del todo posible si no existe una democracia consolidada, por lo que llamó a los universitarios a pugnar siempre porque este aspecto no se pierda.
"Hay en este país una amenaza para los órganos autónomos, y no es una especulación, ahí están los hechos consumados. Ahí está el caso del Instituto Nacional de Evaluación Educativa, que ha pasado a mejor vida; ahí está el caso del Instituto Nacional Electoral, con la amenaza que se tiene de hacer cambios que son inconvenientes; ahí está el caso de una institución como la Comisión Nacional de Derechos Humanos, en donde no se quiere entender lo que representa el papel y lo que debe representar como entidad autónoma de cualquier otro espacio y poder público".
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Señaló que el tema de la autonomía en las universidades ha traído constantes problemas y retos, como el político y el financiero, pues desde que año con año instituciones públicas están al pendiente de lo que se les puede quitar o no en presupuesto aplicable a favor de la educación, se presentan constantes casos en los que las universidades resultan violentadas y pierden un tanto de la autonomía que las caracteriza.
Dijo que desde siempre se han registrados casos en donde el gobierno o demás entes públicos han buscado provecho de las universidades y violentar su autonomía, de ahí el llamado a que los universitarios continúen defendiendo este principio.
"La autonomía universitaria no genera problemas, facilita y favorece solución de los mismos. Los universitarios tenemos la capacidad de desarrollar el camino por el que hemos transitado, de revisar, identificar problemas. La autonomía ha sido un gran freno para apetitos inconvenientes, ha sido un antídoto para la búsqueda de intervenciones. La autonomía por eso tiene que ejercerse todo el tiempo, y con toda claridad, y requiere de universitarios que tengan la capacidad, los valores y la posibilidad de decir no, porque no es bueno ni para la institución, ni la sociedad".
