Emotivo homenaje de cuerpo presente al pintor jalisciense Javier Arévalo,se realizó en el Museo Cabañas, donde fue despedido entre aplausos por su familia, amigos y la comunidad cultural.
Su hija Gabriela Arévalo destacó el amor que su padre tuvo siempre por la pintura y su admiración por los muralistas, “este merecido homenaje en este recinto, donde encontró su vocación y pasión de su vida y precisamente el autor de esta magistral obra, Clemente Orozco, le entregó su primer premio de pintura a los 10 años”.
“Hay personas que nunca se van del todo, que forman puentes, lazos, personas cuya forma de crear es una resonancia de lo que son como seres humanos, cuyo eco es tan fuerte que congrega en una misma nota los sentires de los que coinciden y de los que divergen”, manifestó la Secretaria de Cultura, Giovana Jaspersen García.
El artista plástico Martín del Campo, amigo de Javier Arévalo, recordó cómo en sus inicios el talento del pintor jalisciense fue reconocido por Agustín Yáñez, quien lo acercó al Dr. Atl, para que después, bajo la recomendación de este último, ingresara a la Academia de San Carlos.
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“Javier no se ha ido, ni se va a ir. Javier va a existir, porque su obra no muere, su obra va a seguir siendo admirada por toda la gente de este país y fuera de México. Hablar de Javier, hablar de su historia, porque fue mi amigo durante muchos años, nos llevaría, días, meses y toda la vida”, expresó emocionado Martín del Campo.
José de Alba y Sergio Galván lo recordaron como un hombre festivo, lleno de anécdotas y como un pintor excepcional, que a la par de su trabajo creativo motivó a jóvenes pintores que algún día fueron sus alumnos y hoy son artistas consagrados.