El rumbo de la Plaza de la Bandera es uno de los más importantes en la historia de nuestra bella Perla. Por allí llegó a la Ciudad el Cura Miguel Hidalgo y Costilla durante la gesta de la Independencia siendo recibido triunfalmente.
Ahí se encontraba la antigua garita de San Pedro que controlaba el acceso de quienes venían de la zona de la Ciénega y de los Altos de Jalisco a traer sus mercaderías a la Ciudad; como estaba prohibido ingresar con huarache y de manta, se les proveía de vestimenta adecuada.
En el año de 1943, el Gobierno queriendo rendir homenaje a la Enseña Nacional hizo la Plaza de la Bandera con una enorme águila de piedra con una monumental asta y una plazoleta a la que se le pusieron enormes jardineras con arbolitos cuidadosamente podados que mostraron la enorme creatividad de los jardineros, modelando diversas figuras.
La Calzada del Ejército desemboca en la Plaza y de ese lugar parte el antiguo camino a San Pedro y aún podemos observar la arcada que es la reminiscencia de la antigua garita.
Allí desembocaba también la calle Catalán y que hoy como Avenida Revolución iba directamente a la antigua Granja la Paz donde estaba la glorieta del charro, en las inmediaciones de San Andrés.
Chécalo:
Ir a San Pedro, implicaba una travesía de cuatro horas en los tranvías de mulitas, saliendo desde el Jardín de San Francisco; la primer parada estaba a los 35 minutos de iniciado el recorrido, justo en la garita que menciono.
Había un camino de terracería con rieles por donde transitaban los tranvías; era el camino real que luego se le llamó Boulevard a Tlaquepaque y hoy Boulevard Marcelino García Barragán. Hay que recordar que en el año de 1841 se trazó el primer camino entre Guadalajara y San Andrés, un poblado que estaba distante unas tres horas en carreta por la calle Gigantes llamada así por la Gigantera, una zona boscosa que era refugio de maleantes.
Toda esa zona estaba llena de huertas y sembradíos y abundaban las Quintas de descanso de las familias acaudaladas de la Ciudad que iban a pasar sus veranos en
Como apunte histórico, además de la Garita de San Pedro hacia el oriente, Guadalajara tenía la Garita de El Leal en el poniente por donde salía el camino a San Blas; la Garita de Piedras Negras por el Camino a Saltillo hacia el norte, y finalmente hacia el Sur la Garita Mesón del Tepopote en lo que hoy es la Calzada del Campesino, por los rumbos donde se encuentra el Edificio del Partido revolucionario Institucional y el Cuartel de Bomberos por donde iniciaba el Camino Real a Colima.
Volviendo a la Plaza de la Bandera era un sitio de verbenas populares sobre todo en la época de las fiestas patrias; dotada de una gran explanada permitía a los niños correr y disfrutar del por aquél entonces aire limpio ya que pocos vehículos pasaban por sus alrededores; allí se instalaba una feria con juegos mecánicos y la infaltable presencia de los globos multicolores, y como decía, en septiembre las banderitas y los rehiletes hacían su aparición y era un punto de reunión y referencia indiscutible.
La modernidad ha llegado a esta zona y justo entre la Calzada del Ejército y la calle Constancia por la Avenida Revolución, se encuentra la terminal denominada Plaza de la Bandera que permitirá la conexión entre la zona oriente y la norponiente con la Villa de Zapopan.
Cerca de la Plaza de la Bandera se encuentra el Hospital Militar Regional, el Museo del Ejército y la Fuerza Aérea Mexicanos, y por supuesto el Templo de María Auxiliadora que pertenece a la Parroquia de la Purísima Concepción, en el Decanato de Analco de la Vicaría de San José de Analco. El templo de María Auxiliadora se encuentra por la Avenida Revolución, a una cuadra de la Plaza de la Bandera, un templo hermoso caracterizado por su fachada color blanco y azul, y el Altar con fondo azul y la imagen de la Virgen María llamada Auxiliadora por San Juan Crisóstomo en Constantinopla hacia el año 345.
Cuando se iniciaron los trabajos de la Plaza de la Bandera, era Gobernador del Estado de Jalisco Marcelino García Barragán y el Presidente Municipal era Jesús Landeros; en 1944 por cierto se inauguró el cuartel de bomberos de la Ciudad, y en aquellas épocas surgió el Consejo de Colaboración Municipal; contiguo a la Plaza de la Bandera se encontraba el depósito de los Libros Nacionales, en tiempos de cuando era candidato a Gobernador Agustín Yáñez y fotografías de la época nos muestran unas enormes torres y los infaltables muros con la propaganda oficial y a lo lejos se alcanzaba a ver la barranca de Oblatos, pues Guadalajara era una Ciudad pequeña de extensión y de tamaño de altura de sus edificios y casas.
Una zona muy bonita de la Ciudad en la puerta oriente, puerta grande por donde llegó Miguel Hidalgo para abolir la esclavitud un 6 de septiembre de 1810.
Y hasta otro paseo por el Tranvía de los recuerdos. @CampiranoWolff