Las universidades se han rezagado, incluso están en riesgo de no redefinirse ante los retos de la educación superior y dejar de ofrecer educación a los alumnos para pasar el examen, dejar de centrarse las instituciones en pasar la certificación para obtener presupuesto y dejar los gobiernos de imponer indicadores para mejorar su ranking mundial.
En el Seminario sobre los retos de la Educación Media Superior para el 2030, que moderó el ex rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente; el rector de EdTech Edupreneur, Fernando Valenzuela Migoya, defendió el modelo de innovación y disrupción de la educación a través de emprendedores educativos, una transformación en la educación que lleve a la sustentabilidad económica, ambiental y social a través de la tecnología.
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“La innovación tiene que venir mucho más de fuera que dentro de las universidades; terminar con padres de familia frustrados por la educación de sus hijos, maestros frustrados por el tipo de educación que imparten, estudiantes frustrados por el tiempo perdido y no sentirse preparados” dijo Valenzuela.
“Hay empresas donde ya no les importa si tienes título de Harvard o la UdeG, hay certificados y títulos que los da Google y las empresas los toma como buenos, IBM da certificados y los toman como buenos.” agregó.
Sin embargo, el rector de la UdeG, Miguel Ángel Navarro, defendió los valores profundos que fomenta la Universidad, como la ética, el humanismo, la filosofía, los derechos humanos contra la educación Fast Track que sólo es para satisfacer el ámbito laboral de los mercados.
“La universidad no es productora de empleados, el criterio para medir una universidad no solo es eso, sí es importante; pero, la aportación de la universidad es a los valores más profundos y eso no da empleabilidad”, puntualizó Navarro.
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Y ante el furor de educar para generar emprendedores, cuestionó dónde queda la filosofía, la historia, las humanidades y las ciencias sociales.
Natalia Villapando Páez, maestra en filosofía, acompañó esta crítica de Navarro, pues se debe dejar de poner tanto peso en los certificados y el alcance a la mano de toda la información; lo que no necesariamente te genera conocimiento o ciudadanos de paz.
Propuso abordar los retos desde la educación de la primera infancia, “Un peso invertido en un niño de 0 a 5 años, es la mejor inversión realizada. No hacerlo es descuidar la educación superior”
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En México hay 36 millones de alumnos en educación básica; pero, sólo 4.5 millones en educación superior.
