En medio del folclor de las Fiestas de Octubre destaca el puesto donde venden las cobijas, almohadas y cobertores, ubicado año con año en el mismo lugar, a donde tapatíos y turistas llegan a disfrutar de la manera en que un hombre se encarga de vender desde una pieza hasta paquetes con varias piezas a cuanto curioso se acerca.
Tienen desde el cojín de 50 pesos, las almohadas de 100 pesos y los cobertores que rondan los 150 pesos con personajes de moda, escudos de equipos de futbol y hasta artistas del momento.
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El encargado de hacer todo posible es Hugo Cruz Vázquez, originario del municipio de Apizaco, Tlaxcala, quien recorre kilómetros para llevar a la feria de Guadalajara miles de cobertores, cobijas, almohadas y cojines de todos los tamaños y colores.
Pertenece a la segunda generación de vendedores de ferias y además de las Fiestas de Octubre, visitan cada año la Feria de León, la de San Luis Potosí, la de Nuevo Laredo y muchas más dentro del territorio nacional.
En las Fiestas de Octubre de Guadalajara tiene unos 15 años trabajando y cuando le preguntas cómo le hace para mantenerse dentro del gusto de cuanta persona pasa enfrente de su puesto, su respuesta es sencilla: “hay que echarle la habladita”.
“Una habladita es lo que le gusta a la gente y las ofertas, porque traemos buen precio y damos paquetes económicos, llevamos poca ganancia para vender mucha mercancía”.
Su voz y el peculiar estilo para vender cobijas y cobertores es muy popular entre las personas que alguna vez han visitado las Fiestas de Octubre, pero también las nuevas generaciones lo ubican, porque enfrente del puesto nunca falta alguien grabándolo con un celular, lo que ha logrado videos virales desde hace algunos años.
Se dice contento por la aceptación y aunque hay quienes reprochan la calidad de los productos que venden, de lo que se trata es de trabajar con gusto, como todas las noches lo hace en cada feria que visita.
“Como todo trabajo es pesado, andar en las ferias es de batallar, por las comidas, por el baño. Batallas en todo, más que nada es andar lejos de la familia… En cada lugar hay algo diferente, es comida diferente, cultura diferente, personas diferentes y en cada lugar vas agarrando algo que te va gustando, siempre se te queda algo de la feria a la que vas”.
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