El amor está olvidado en las familias, lamenta el cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara, “en nuestras familias se nota la falta de verdadero amor. Sí, se quieren mutuamente pero, a veces, con condicionamientos. O cuando esperamos amar para que también nos paguen con amor”.

Añadió “No vamos a negar que lo que más está faltando a nuestro mundo es el amor. Prevalece el rencor, la venganza, la división, el egoísmo, en muchos aspectos de la vida y de la sociedad.”

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A las familias les está faltando el amor, el verdadero amor,” la entrega incondicional de los esposos, todos los días; la entrega paternal de los padres a los hijos y la correspondencia ­ leal hacia los padres. El verdadero amor de compartir entre los hermanos”.

En su sección “La Palabra del Pastor”, que escribe en el órgano informativo del Arzobispado de Guadalajara “El Semanario”, el cardenal Robles Ortega, subrayó “Y esto no va de acuerdo a la expresión “ámense como yo los he amado”, que nos dirige Dios, porque Él no ama con condicionamientos, sino con total desinterés y gratuidad”.

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Destacó “es posible que vivamos descuidados, indiferentes a este amor. Pues no obstante que vivamos descuidados respecto al amor de Dios, vivimos en su amor, nos sostenemos en su amor, y el día que muramos, podemos alcanzar la plenitud de la vida, sólo por el amor infi­nito de Dios.”

Por lo que exhorta “conviene pensarlo, no vivir indiferentes, porque cuando nosotros vivimos así, repercute en que nosotros no nos amamos. Si no nos sentimos amados por Dios, incluso cuando no lo merezcamos, no sabremos amar a los demás. Con un amor total, gratuito y desinteresado”.