Saladas, dulces o ambas alternativas son buenas, así la variedad de las tradicionales empanadas de Semana Santa que ya están a la venta desde la zona de la Iglesia de San Francisco hasta la Catedral Metropolitana y las hay de crema pastelera, arroz, fresa, frambuesa, atún, jamón, entre otros sabores.
Así caminar por las calles del Centro de Guadalajara, al igual que el de otros municipios cerca de las iglesias católicas, se podrá ver un panorama lleno de dulzura o sabores salados al paladar, hechos un triangulo que envuelve todo tipo de sabores, de siete, de a 15 hasta tres por 20 pesos, para todos los gustos y economías hay paquetes.
Como cada año en estas fechas, decenas de panaderos y ahora los reposteros gourmet salen a las calles a ofrecer estas delicias a chicos y grandes, todas ofertadas desde la charola y cubiertas con un plástico para que no les caiga polvo o hasta sobre mantas de plástico multicolores en las cuales están todos los sabores, otras tiene su letrero que indica si son de camote, atún, mole, jamón, leche o crema pastelera, fresa, cajeta, la vista se recrea con esa oferta gastronómica y más si el hambre ya ronda a los viandantes de la ciudad.
No importa si hace calor o están cubiertas con una sombrilla de colores, un puesto de metal, de todo hay y ahora para refrescar están las aguas de frutas, que dan una alternativa al sediento visitante, pero también a los costados de los puestos de las empanadas y aguas, están los puestos con los recuerdos religiosos que van desde rosarios, cruces, velas, cirios, imágenes en metal o papel del santo o virgen de devoción.
Los olores se confunden y se mezclan en el olfato del cliente, quien ante el golpe de esa gama de productos y consistencias se debate entre dulce o salado, o ambos, abre su cartera o monedero para ver si le alcanza, mientras tanto los vendedores tratan de convencer a los potenciales clientes con un “pásele, pásele, ricas empanadas” al tiempo que acomodan la mercancía en su improvisado puesto, algunos a la sombra de la catedral o del templo elegido, otros soportando el intenso rayo del sol, pero todos siempre con una sonrisa, atentos, incluso los niños quienes son los que más interés muestran por colocar la mercancía.