Si bien el emblemático lugar conocido por muchos ya bajó sus cortinas, debido al desalojo que sufrieron junto con otros comercios por el riesgo estructural del edificio Plaza, las famosas "donitas del centro" seguirán más vivas que nunca en su otra sucursal, también asentada en pleno Centro Histórico de Guadalajara.
Justo a 190 metros del local ya cerrado se encuentra la otra sucursal de "Nieves y Donas Fiestas" -en Pedro Loza-, en donde tapatíos pueden seguir degustando las donitas, así como la variedad de productos que ofrecen. Sin embargo, detrás de la famosa marca hay toda una historia solventada por varias generaciones de una familia que no ha dejado que la tradición se pierda.
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Javier González, dueño del lugar, recordó que la historia de las tradicionales donitas se remonta a 1947 cuando su bisabuela -Beatriz Gómez-, quien visitó California, se trajo la idea de este producto, con una receta única que creó para asentar un pequeño negocio en la Perla Tapatía.
"Mi abuelo Ignacio González Gómez fue quien fundó el negocio, pero quien se trajo la receta fue mi bisabuela que se acababa de casar y entonces iban a poner un negocio porque mi bisabuelo era dulcero de caramelos y hacía refrescos, entonces, se querían mantener en ese ámbito del dulce y del postre".
Platicando con su papá, que también se llama Ignacio, para recordar algunos de los detalles que a él no le tocó experimentar, relata que la segunda sucursal se abrió tres años después que la primera -en 1950-, y ahí se ha mantenido en Pedro Loza para el deleite de chicos y grandes.
Aunque en la actualidad además de las donitas la gente puede encontrar paletas, bolis y nieve, estos productos se comenzaron a agregar conforme pasó el tiempo, y como prueba el delicioso helado que venden, el cual comenzaron a fabricar a partir de 1957, es decir, 10 años después de que abrieran la sucursal de Morelos esquina con 16 de Septiembre.
Si bien el reciente desalojo que sufrieron, por los riesgos estructurales del edificio Plaza, cerraron la puerta al emblemático y primer lugar que la familia abrió, lo cierto es que, con el afán de seguir adelante, se espera que en un par de semanas en la zona de Santa Tere sus habitantes también puedan disfrutar de estos productos.
"El lunes firmé un contrato para un pequeño local en Santa Tere, que lo quiero utilizar como centro de distribución de helado y poner una máquina de donitas para entrega a domicilio, es el siguiente paso que estamos planeando para crecer y abarcar más parte de la ciudad, entonces, no los vamos a dejar, esas donitas yo digo que no se van a acabar hasta que la gente decida que se acaben", añadió.