Saúl, trabajador por muchos años en el Mercado de Abastos hasta que sus rodillas ya no soportaron, vivía junto con su esposa, doña Ana, hasta el año de 2020. No tuvieron hijos y ella consiguió a través de sus patrones una pensión en el IMSS. Apenas ella le tramitaba su apoyo en el Gobierno Federal, cuando “se la llevó el Covid”. Hoy vive solo y en la calle.
Camina a duras penas. Ahora con las lluvias -refiere- “comienzan los dolores” y no puede salir a la calle. Cada vez es más difícil encontrarlo ahí, en el que fue su centro laboral por muchos años, el Mercado de Abastos.
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“Con la pensión de mi señora pagábamos una rentita. Eramos ella y yo, solitos, no tenemos familiares, yo llegué de Tamaulipas hace como 50 años y ella creo que era de un pueblito cerca de Michoacán”.
Saúl es uno de los mil 338 que en el año 2021 abarrotaron los albergues oficiales, que tuvieron que crecer de uno a dos, y que ha regresado, “me volví cliente frecuente”, dice sonriendo, porque no tenía a donde ir, insiste.
Él es una víctima de la otra pandemia, la indigencia a la que fueron obligados a caer muchos, familias enteras, que ante la falta de trabajo y la muerte de algunos familiares clave en la manutención del resto, fueron literalmente empujadas a vivir a las calles y muestra de ello es que el número de atenciones se triplicó y el DIF tuvo que crear un segundo albergue. Más gente los ha buscado ahora que ha iniciado el temporal y cuando llegue el frío seguramente tendrán las cifras más claras respecto al impacto.
De 395 personas que atendieron en el año del 2018 pasaron -en tres años- a mil 338 en 2021 y hoy a mitad del año van 540 atenciones, por lo que esperan con igual número.
Según los registros muchos solo van de paso, son gente que viene de otros estados de la República como Oaxaca y Guerrero. Sin dinero, buscan la frontera con los Estados Unidos de Norteamérica y por lo tanto pasan, se estacionan aquí por unos meses, y siguen hacia el norte del país. Estos podrían ascender a un promedio de 300 por año.
Es quizás la única variante. El resto de las personas son de Jalisco y aquí permanecerán, en concreto la ciudad de Guadalajara, donde se concentra la mayor parte, según se desprende de la cifra de 621 registros. Además, de ellas, 131 han hecho del centro de la ciudad de Guadalajara su hogar permanente y son constantemente retiradas por la autoridad.
Regresamos a buscarlo, ahí donde apoyaba a las personas a cargar sus bolsas de frutas y verduras a cambio de dinero, con la intención de acercarlo a que reciba un apoyo de las becas del Bienestar, pero nos informaron que con las primeras lluvias enfermó y fue auxiliado por el gobierno para ser enviado a un hospital.