Como parte de las actividades de la IV Bienal Mario Vargas Llosa, organizada por la Universidad de Guadalajara (UdeG), este sábado escritores dialogaron sobre la migración y la literatura.
David Unger (Guatemala), Jorge Eduardo Benavides (Perú) y Juan Tallón (España), narraron algunas de sus experiencias en los diferentes procesos a los que se tuvieron que enfrentar al irse a vivir a un país extranjero, ya sea por exilio o decisión propia.
Jorge Eduardo Benavides, quien decidió tomar camino a España a los 26 años, habló de las dificultades a las que se tenía que enfrentar en su país, y a las que se topó al vivir en un país en donde la cultura era diferente.
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Al respecto, platicó la dificultad también para poder enterarse de lo que ocurría en su hogar, al haber migrado en una época sin internet, y cómo a pesar de la distancia él, como muchos escritores más, tardaron en desapegarse de sus países de origen y como prueba las novelas escritas en sus primeros años.
"Lo único que me alentaba era ser escritor, de escribir mi novela, esa que yo ya traía de Lima, que era una novela política, que ocurría en ese momento en el que vivíamos nosotros. Y vivía en una situación muy contradictoria, porque por un lado vivía en Tenerife, en España, en un sitio precioso y yo venía de esa Lima depauperada, y me encontré con una ciudad coqueta, pequeña, amable, inverosímilmente segura".
David Unger, quien a los 4 años tuvo que irse a Estados Unidos, con su familia, por las condiciones políticas sociales que imperaban en Guatemala, habló de lo difícil que fue, aun siendo pequeño, el tener que enfrentarse a un idioma que no dominaba, así como una cultura ajena, y al final de todo tener que enfrentarse a la idea de no pertenecer ni a un lado ni al otro.
"Vivir entre dos mundos me permitió ver a Guatemala de manera muy distinta en comparación con esos escritores guatemaltecos que nunca salieron del país. Pasé de la introspección a convertirme en espía, para observar cómo la gente trata de manejar las dificultades que ofrece la vida".
Ya sea retomando procesos políticos, sociales o culturales que imperaban u ocurren en sus respectivos países, o no dejando de lado la lengua materna, los escritores concordaron en cómo es que a través de la literatura se logra una representación de todo lo que los ha construido desde sus raíces.
"Pese a los discursos exacerbados, el odio hacia el diferente o el que viene de fuera, yo creo que la voz, cuando eres escritor, y estás en esa situación (de migrar), siempre consigue salir a la superficie, y siempre va a conseguir el escritor que emigra a hacerse oír. A mí eso me da esperanza. Hay esperanza para la migración mientras haya relato, mientras haya literatura", añadió Juan Tallón