Desbordamiento de arroyos y presas: arriesgan su vida cada año

Aunque su casa se inunde y pierdan todo a raíz de la lluvia, se niegan a dejar su único patrimonio

Pablo Toledo | El Occidental

  · lunes 14 de agosto de 2023

Cientos de familias corren el riesgo de perder su patrimonio por las lluvias. Foto. Francisco Rodríguez | El Occidental

“Que se pongan en mis zapatos para que entiendan por qué no me muevo de aquí”, afirma tajante Dorotea Valdivia al ser cuestionada respecto si no ha decidido hacer caso al llamado de la autoridad de dejar su hogar ubicado en la colonia Ojo de Agua, en el municipio de Tlaquepaque. Ella y su familia, como para los habitantes de otras 515 viviendas solo de esa zona, cada temporal se inundan.

“Para las autoridades y la gente es fácil señalarnos como irresponsables por no dejar nuestro hogar si ya sabemos que nos vamos a inundar; esto es mío, a mí me costó y dejarlo sería renunciar al trabajo de toda mi vida, además yo vivo al día no puedo pagar una renta apenas tengo para salir al día y darles de comer a mis hijos; si por tener un techo soy una irresponsable pues sí lo soy, pero prefiero eso a dar lástima pidiendo o estar de arrimada”, señaló Dorotea Valdivia habitante de la colonia Ojo de Agua, Tlaquepaque. En el Área Metropolitana de Guadalajara existen 500 puntos de riesgo y la colonia Ojo de Agua es uno de ellos, su cercanía con presas y arroyos ha provocado que durante años las personas que habitan en este lugar sufran por inundaciones durante la época de lluvias.

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SE DEFIENDEN EN TLAQUEPAQUE

El atlas de riesgo de Tlaquepaque ha identificado 33 zonas de inundación de los cuales 16 son constantemente monitoreados pero aun así no se ha logrado mitigar el problema. El pasado 27 y 28 de julio la intensa lluvia que cayó en el municipio afectó a 13 colonias con 515 viviendas con algún tipo de daño a menaje, de estas destacan Villa Fontana y Ojo de Agua.

En la última los vecinos ya veían venir la inundación, por ello se prepararon colocando metal y cemento en las puerta de su casa, subieron muebles sobre muebles y bajaron las pastillas de luz. Pensando que habían superado el día durmieron, pero fue cerca de las 04:00 horas de la mañana cuando el ruido de los chorros de agua que ingresaban por marcos de puertas y ventanas los despertaron; sin embargo nada pudieron hacer más que buscar paso entre la estufa, sala y comedor que flotaban para salir de su hogar.

“Usted no tiene idea de lo que es calmar el llanto de un hijo con el cuerpo mojado, lo que es ver el fruto de tu esfuerzo echado a perder, tener que soportar las miradas y el señalamiento de los demás cuando nos dicen 'se los advertimos y no hicieron caso', esas palabras siempre retumban el oído pero lo que ellos no entienden es que es aquí o es nada”, señaló Julieta Franco habitante de la colonia Ojo de Agua, Tlaquepaque.

Quienes han perdido todo producto de alguna inundación son conscientes de lo que les pasó y que puede volver a ocurrir, más sin embargo se aferran a cuidar lo suyo y no renunciar a su patrimonio. Erika Macías recuerda que antes de iniciar la temporada de lluvias personal del Protección Civil y Bomberos de Tlaquepaque pasó por la colonial entregando apercibimientos para que dejarán su hogar durante las lluvias; los vio, escuchó y recibió el documento pero jamás pasó por su mente dejar su casa debido a la mala experiencia que vivió en el 2022.

“Como ya nos habíamos inundado mi marido y yo decidimos irnos a pasar esa temporada con mis papás, después de dos meses regresamos y encontramos nuestra casa vacía; no nos inundamos pero nos robaron todo y así como a nosotros les pasó a varios, entonces si nos vamos perdemos todo y si nos quedamos también, entonces aquí estamos cuidando lo poquito que nos queda”, señaló Erika Macías.

HASTA TRES VECES HAN PERDIDO SU PATRIMONIO

En el municipio de Zapopan la historia no es muy diferente. La lluvia del pasado 14 de julio causó severas afectaciones en por lo menos 7 colonias, afectando a más de 110 viviendas, una de estas fue la del señor Augusto Parra, quien es la tercera ocasión que ve sus pertenencias bajo el agua en los 40 años que tiene habitando la zona.

El nivel del agua subió más del metro de altura por lo que él y “Pulgas” (su perro) se tuvieron que resguardar en el techo hasta que el nivel del agua bajara, de ahí se dispuso a realizar el recuento de los daños y con voz entrecortada y un par de lágrimas corriendo por sus mejillas, relató lo que volvió a vivir ese trágico día.

“¿Sabe qué es lo que más sentimiento me da?

Que siempre nos dicen lo mismo: que para qué seguimos aquí si ya sabemos que esto nos va a pasar. Yo estoy solo, tengo 65 años y aquí es el único lugar donde puedo estar; no tengo pensión, lo que sacó al día lo ganó vendiendo cartón y plástico que recojo de las calles. Sé que aquí peligro ¿pero qué puedo hacer, que me quiten y envíen a un albergue? pero qué voy a hacer ahí, si me voy me muero así se lo digo”, señaló Augusto Parra, habitante de la colonia El Mante, Zapopan.

El alcalde Juan José Frangie ha señalado que en el municipio existen 146 puntos de inundación con más de 5 mil viviendas en zona de riesgo y que debido a que se mantienen en espacios irregulares su gobierno no puede intervenir para apoyarlos, lo único que han logrado hacer es buscar la regularización y señala que están avanzados en el tema.

NO SIRVIÓ AMPLIAR EN EL DEAN

En Guadalajara, la colonia El Dean tristemente se ha convertido en punto recurrente de inundaciones pese a que las autoridades habían asegurado que ya no se presentaría dicho conflicto gracias a los miles de millones invertidos en el vaso regulador, colectores y programas de desazolves. La realidad fue distinta pues el 14 de julio 35 viviendas se vieron afectadas por el agua que alcanzó el metro de altura.

Aquí la situación de algunos vecinos es diferente pues sí podrían mudarse para evitar las inundaciones pero no lo hacen por considerar que es responsabilidad de las autoridades garantizar que sus hogares no terminen bajo el agua.

“Si yo cumplo con mis obligaciones al pagar impuestos no tengo porqué dejar mi casa; ya me he inundado dos veces en 3 años y la verdad no me voy a ir”, dice Inés Cárdenas, de la colonia El Dean.

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