La tradición y hegemonía de Jalisco en los últimos 22 años ha quedado demostrada con la calidad e sus atletas que año con año arrasan en los campeonatos nacionales en sus diferentes modalidades como Olimpiada Nacional en su momento o Campeonatos Conade, en todos ellos los atletas que entrenan en las instalaciones del Code Jalisco (la mayoría) rompen el récord de medallas alcanzadas.
Con el inicio de la administración del gobernador Enrique Alfaro Ramírez se buscó consolidar y ampliar el apoyo a los deportistas de alto rendimiento pero no sólo a nivel estatal, sino que desde su administración como presidente municipal de Tlajomulco el desarrollo y apertura de instalaciones para la práctica deportiva fue esencial primero para alejar a los jóvenes y niños de los grupos de la delincuencia y segundo para crear el llamado tejido social e identidad local.
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Es por eso que la reactivación física de las personas de todas las edades como estrategia para acercar a las niñas, niños y jóvenes al deporte inició en Tlajomulco con el impulso de una política pública para la reconstrucción del tejido social y el fomentar comunidades más participativas, lanzando el programa de recuperación de espacios públicos y deportivos en el municipio.
Es así que la política de espacios públicos se entiende de manera integral y que no se trataba sólo de dar mantenimiento o una “manita de gato” a parques y jardines o a las unidades deportivas, si no de generar un entorno digno y las condiciones adecuadas para que los habitantes del municipio puedan tener una vida digna, al tiempo de generar un sentido de pertenencia.
En este proceso la construcción de espacios públicos fue uno de los esfuerzos más importantes y punta de lanza para esta meta ya que hace más de 12 años con una inversión superior a los 100 millones de pesos se construyeron unidades deportivas en varias colonias, algunas de ellas consideradas con alto índice de incidencia delictiva equipadas con canchas, juegos infantiles, gimnasios el aire libre, baños. A la par de esta construcción de la red de unidades deportivas la primera de ellas y que marcó el inicio de este camino fue el “Chiva Barrio" en una de las zonas más icónicas de Tlajomulco, es decir la colonia Santa Fe; al mismo tiempo se implementó un plan de mantenimiento, intervención y remodelación de las unidades ya existentes.
En espacios públicos el Centro Comunitario del Valle es un complejo deportivo, cultural y social de primer nivel ubicado en la zona más poblada del municipio y con lo que se comenzó a fomentar la activación física. También quedó toda una red de ciclo vías que fue construida para fomentar el uso de la bici como medio de movilidad no motorizada y con ello reducir las emisiones contaminantes pero también como uso deportivo, así como el bosque lineal de Adolf Horn.
Para impulsar la política del uso del espacio público se creó el Instituto de Cultura, Recreación y Deporte que desarrolló distintos programas para generar un sentido de pertenencia a las comunidades y reconstruir el tejido social. Todos los espacios deportivos fueron llenados con contenido diverso, entre ellos el cultural con la creación del Festival Marometa. En su paso por Guadalajara el tema de recuperación de los espacios públicos para que los ciudadanos se apoderaran de ellos fue esencial y la llave de consolidación de esta apuesta fue el proceso de Por lo que se hizo un proyecto integral para recuperar parques, unidades deportivas, camellones y plazas y se invirtió más del 90% de recursos que la administración anterior inmediata.
Pero no sólo fue recuperar unidades deportivas y crear infraestructura para la movilidad no motorizada, otro de los proyectos fue crear una red de bosques urbanos con lo que alcanzó la recuperación del funcionamiento de las principales áreas verdes y pulmones de la ciudad como es el caso del Bosque Colomos, los parques Alcalde, Agua Azul, González Gallo, Morelos, Ávila Camacho, Liberación, Arboledas sur, Natural Huentitán y Puerta la Barranca. Con la política de que los espacios públicos tenían que ser públicos y gratuitos, éstos pasaron de ser lugares inseguros a ser puntos recreativos.
Para revertir el abandono se tenía que invertir y dejar sentadas las bases para los siguientes gobiernos. Fue así que en los siete polígonos de la ciudad: Minerva, Centro, Cruz del Sur, Huentitán, Oblatos, Tetlán y Olímpica fueron renovados 83 parques y unidades deportivas con una inversión en tres años que superó los tres mil 317 millones de pesos.
También fueron rehabilitadas la Unidad Santa Elena Alcalde, La Tucson, Ávila Camacho y González Gallo. La intención era reunir familias y realizar actividades dominicales en Guadalajara en otros espacios y en el caso de la Vía RecreActiva, se pasó de ser una ruta ciclista dentro de la ciudad y para fomentar más la convivencia social se comenzó a diversificarla.