Aunque en la actualidad es difícil encontrar cubrebocas en farmacias convencionales de la ciudad, las ventas en internet, sobre todo en plataformas como Facebook, han cobrado mayor relevancia las últimas semanas.
Debido a la actual contingencia por coronavirus que se vive en el país, no solo cubrebocas sino gel antibacterial son algunos de los productos que los tapatíos batallan por conseguir. Y, si bien es cierto que expertos hablan de que los cubrebocas deberían ser para uso especial de personal médico y aquellos que presenten síntomas, las compras al por mayor no han faltado en un afán de sentir seguridad ante esta pandemia.
Chécalo:
Los hechos a tela y con diferentes modelos son los que más se han visto en redes sociales ofertados, por la facilidad con que se pueden lavar para usarse en otra ocasión. Lo cual ha causado sensación, ya que hay quienes los venden con el diseño a elegir dependiendo el gusto de cada quien.
Con precios variados que van desde los 10 pesos hasta los 45 pesos, no hay quien pierde oportunidad para ofrecerlos y entregarlos en puntos intermedios de la ciudad. Algo similar ocurre con los desechables, cuyos costos oscilan entre los 3.50 y hasta 10 pesos por pieza.
"Yo los conseguí por el mercadito de mi casa, como mi mama y yo vendemos comida, tenemos que usarlos de ley, así también le damos seguridad a los clientes de que tomamos medidas de higiene al vender los productos. No son tela, son desechables, pero mi hermano por ejemplo tiene los suyos negros (de tela) que compró en Facebook", refirió Samanta.
Pese a esto, y aunque es común verlos en guardias de seguridad, encargados o cajeros de tiendas departamentales u otros comercios -relacionados a giros de alimentos-, lo cierto es que son pocos los ciudadanos que en realidad se ven en las calles con ellos.
Claro que se nota una diferencia pues sí hay quienes los usan, no obstante, la mayoría de tapatíos que se mueven por la ciudad no los utilizan, siguiendo su día de manera normal.
"Se ha dicho que si no estás enfermo no tiene caso usarlos ni acapararlos. Salgo a la calle y tomo camiones por mi trabajo, y tomo mis medidas como cargarme gel y estornudar en el antebrazo; si me llegara a enfermar pues ya pensaré en usarlos, quizá los de tela porque son fáciles de lavar y no gastaría tanto en comprar de los otros", agregó por su parte Hugo Vázquez.