La pandemia Covid-19 mostró la fragilidad del sistema de salud y la línea disruptiva que tiene con la sociedad jalisciense, lo que ha ocasionado la alza de enfermedades y muerte, la baja cobertura de inmunización general y de Covid-19, la falta de medicamentos y de infraestructura.
Desde marzo de 2020 con la llegada del Coronavirus el aumento de las defunciones fue “impresionante”; ese año fueron más de 65 mil 200 y para el 2021 se elevaron a 75 mil principalmente por Covid-19, enfermedades del corazón, diabetes mellitus, tumores malignos e infecciones respiratorias.
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Además la política pública de salud para los próximos 365 días tendrá que destinar un presupuesto de los 3 órdenes de gobierno. Para el 2023 el Sector Salud definió para la entidad 8 acciones prioritarias para contrarrestar lo que dejó el Coronavirus y al que se sigue enfrentando, al igual que la influenza y otras enfermedades de las vías respiratorias. Estas acciones o retos son: fortalecer los programas preventivos de la línea de vida, capacitar al personal de primer nivel, impulsar la actividad física, reducir niveles de sobrepeso y obesidad y con ello las enfermedades crónicas degenerativas como son la hipertensión y diabetes, así como la salud mental.
A tres años de la pandemia por Covid-19 y con los cambios en el comportamiento epidemiológico, social y tecnológico, el mayor reto del 2023 será globalizar la política pública de salud de forma integral y transversal y otorgar una cobertura universal para prevenir gastos catastróficos y fatalidades.
En un escenario de enfermedades infecciosas emergentes y reemergentes y enfermedades no transmisibles que cobran factura al sistema hospitalario, el sistema de salud de Jalisco deberá iniciar el año con una agenda con programas y acciones específicas y campañas para lograr una política preventiva comunitaria.
La directora General de Salud Pública de la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ) Gabriela Mena Rodríguez, señaló en entrevista con EL OCCIDENTAL que desde que surgió la pandemia Covid-19 en la entidad marzo de 2020, los programas y planes en salud pública son evaluados y reevaluados. El 2023 será el fortalecimiento de cada uno.
“Nosotros tenemos visualizados ocho acciones, grandes acciones específicas en las que tendremos que estar trabajando no solo en el 2023, esto porque son a largo plazo”.
La prioridad será el vínculo educación salud desde la etapa pregestacional para que las mujeres tengan los conocimientos necesarios para consolidar un embarazo saludable tanto para ella como para el futuro miembro de la familia, así como en cada etapa de la vida.
“Promover estilos de vida saludable, identificar tempranamente enfermedades, riesgos y promover un envejecimiento sano, hacer un fortalecimiento de acciones en salud a lo largo de toda la línea de vida”.
El segundo enfoque será reeducar, prevenir, atender y detectar a tiempo las enfermedades no transmisibles como son hipertensión, sobrepeso, obesidad y diabetes mellitus que desencadenan padecimientos irreversibles. La doctora Gabriela Mena reconoce en este tiempo de la pandemia aumentó el número de personas con alguna enfermedad crónica degenerativa, principalmente en edad reproductiva pese a que en estos mil 20 días transcurridos se diseñó una ruta de seguridad para acudir a los Centros de Salud, la población evitó acudir a revisiones periódicas.
“La gente se ha quedado con ese temor si acudo y me enfermo, es el momento en que nosotros estaremos trabajando de una manera muy fuerte para que toda la gente sepa que en las unidades de salud se están atendiendo y que tendremos que seguir con sus controles y haciendo acciones para la detección oportuna de las complicaciones de estas enfermedades”.
Enfermedades transmisibles
Fortalecer los programas y acciones enfocadas a las enfermedades transmisibles resulta prioritario por la alta incidencia que se ha registrado en los últimos tres años como son influenza, Covid-19, Mpox, Hepatitis Aguda de origen desconocido, VIH y las transmitidas por vector: zika, chikungunya y dengue.
“No podemos bajar la guardia en el momento en que pueden circular nuevos serotipos (...) es por ello que seguiremos trabajando desde el día uno con acciones integrales y desde la comunidad, nada podrá funcionar si de la comunidad no hay participación, tendremos que seguir apostando por las acciones de eliminación de criaderos y mantener el programa preventivo Día de eliminación masiva de criaderos”, señaló Mena Rodríguez.
Por su parte el infectólogo Héctor Raúl Pérez Gómez, miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SIN), nivel II, se refirió a las infecciones que la Organización Mundial de la Salud (OMS) mantiene en “focos rojos”. El virus Sars Cov2 comentó que continuará registrando olas epidémicas ya que “llego para quedarse y se constituye como una de las enfermedades respiratorias de mayor transmisión. La preocupación también radica en que emerja una pandemia por influenza, las antenas de los sistemas de salud se mantienen en “alerta permanente” ante la posibilidad de un brote.
Mencionó que también hay alerta internacional por casos de cólera en Haití, la viruela del Mono o MPox ante al aumento paulatino en el número de contagios“ considerado por la Organización Mundial de la Salud como un brote epidémico de cuidado”. Así como el aumento de contagios y fatalidades por VIH: “La curva epidémica que se venía observando a la baja año con año se detuvo hace dos años y ahora hay preocupación, posiblemente porque la población ha relajado las medidas de protección ha caído en un exceso de confianza”, señaló Pérez Gómez.
En la mira para este año también están las enfermedades de chagas, malaria, hepatitis, sarampión y tuberculosis. En esta política pública de salud integral se contemplan consolidar las tecnologías de la información, para mantener el contacto directo con la población a fin de brindar información y orientación sobre las diversas enfermedades y fortalecer la base de datos epidemiológicos.
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