Cotos en Tlajomulco convertidos en “ciudades perdidas”

Vandalismo, robos, y total abandono de las autoridades es lo que se vive en algunos fraccionamientos de Tlajomulco

Víctor Chávez Ogazón

  · domingo 23 de septiembre de 2018

Un total de 17 cotos de Tlajomulco de Zúñiga se convirtieron ya en verdaderas “ciudades perdidas” y otros están en esa vía, luego de que solo ahí hay unas cinco mil viviendas abandonadas, algunas nunca fueron ocupadas y en otras, sus dueños, por razones económicas o de seguridad -se cansaron de ser robados-, optaron por dejarlas.

Es por ello que la administración saliente de Alberto Uribe les puso un freno a ese tipo de proyectos carentes de planeación, estructura de servicios y rutas de transporte, entre otras cosas.

Y es que fueron más allá de las ciudades dormitorio… terminaron siendo verdaderas “ciudades perdidas”. Hacienda Eucaliptos, Los Silos, Cima del Sol y Puerta Real, son algunos de esos ejemplos.

El estudio realizado por el académico alemán, Bernd Pfannenstein, especialista en los temas, arroja datos importantes no sólo entre los que abandonaron esos cotos, sino también de los que aún resisten y sobreviven ahí.


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Y es que hoy esos análisis reflejan no sólo el robo común de casa habitación, donde los habitantes salen y al volver se encuentran con que sus hogares fueron saqueados, despojándolos de lo poco que habían hecho a base de exhaustas jornadas de trabajo, a las que se suman horas y horas de transportación, lo que les implica estar fuera de casa por 12 horas o más.

Implica salir a oscuras y volver a oscuras, como le sucede a Germán R., empleado de una fábrica en la Zona Industrial que adquirió esa casa con interés social, para él, su esposa y sus dos hijos.

“Hemos sufrido dos robos, la primera vez se metieron y se llevaron un reloj, las joyas de mi esposa, pero la segunda ocasión de plano nos dejaron en la calle, se llevaron nuestra pantalla, la licuadora, la plancha. Rompieron un barrote de la jaula que pusimos en el patio, dicen los vecinos que no escucharon nada”, explica.

Puso su denuncia en ambos casos, pero “sólo fueron unos agentes, me tomaron los datos y nunca más volvieron”.

Asegura que como en su caso, la mayoría de los habitantes han sido víctimas de robos similares.

El estudio reveló que la mitad de los habitantes de esos 17 cotos, que suman 29 mil viviendas, se sienten inseguros.

La situación se agrava cuando en algunos casos grupos de la delincuencia se han apoderado de esas fincas abandonadas, se roban la energía eléctrica e incluso se ha descubierto que ahí sepultan a sus rivales.


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Otro de los problemas es la falta de transporte. La gran mayoría de las personas no tienen vehículo y tampoco gozan de un sistema de transporte efectivo, lo que se refleja en el promedio: uno de cada dos vecinos tarda hasta dos horas para salir y dos horas para regresar a su casa.

Si sumamos esto a las ocho horas de jornada laboral, nos dan 12 horas ó hasta más, esto sino llueve o hay un accidente en cualquiera de las rutas. “En Adolph Horn hace unos días el tiempo para los camiones se duplicaba, no podían circular ahí de tantos baches y agua”, denuncia Rafael.

Para llegar a su trabajo a las 7:00 ú 8:00 horas hay que salir de casa a las 5:00 ó 6:00 de la mañana y el regreso, si bien les va, es después de las 18:00 ó 19:00 horas.

El crecimiento desordenado en la zona los dejó aislados de algunos servicios, y aunque Tlajomulco ha hecho esfuerzos con servicios municipales y la clínica del IMSS, todavía se está muy lejos de una rápida y debida atención.

Martha N. refiere “acá, en los Silos, enfermarse de noche es un todo un reto de vida o muerte, una vez uno de mis niños presentó altas temperaturas, esto fue como a las tres de la mañana, ya no pasan camiones a esa hora, llamamos a los taxis y nadie quiso ir, lo llevé apenas amaneció y entonces me regañó el médico: ‘su niño casi se deshidrata’, me dijo, pero yo cómo lo llevaba”.

El estudio revela que ella es parte del 95% que no tiene acceso a servicios de la salud.


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El Fraccionamiento Los Silos tiene el 30% de sus casas abandonadas y cada vez menos taxis o vehículos de plataforma quieren entrar ahí.

Los especialistas piensan en que más que crecer la ciudad, se tendría que pensar en recuperar espacios perdidos o abandonados, repoblar esos espacios que algún día estuvieron habitados en vez de crear nuevos centros urbanos que tarde que temprano quedarán abandonados.