La consulta de revocación de mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador no va a pasar nada y no se ve cómo se le pueda pedir que se vaya cuando llega al ejercicio con la mayor de las simpatías de los ciudadanos y difícilmente acudirá a votar más de 33% de los mexicanos, además suple una de obligación de los legisladores federales, señaló Luís Carlos Ugalde, ex presidente del antiguo Instituto Federal Electoral.
Al participar en la Mesa denominada “¿Que la nación se lo demande? Perspectivas ante el proceso de revocación de mandato 2022”, señaló que este ejercicio dentro de un régimen presidencial se puede convertir en un elemento de ñ estabilidad política “porque imaginen que cada presidente de la República que llega al cargo sabe que tiene que enfrentar una elección cuatro años después”.
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Pero también puede ser una demanda de los enemigos del mandatario y esto coloca a las administraciones como rehenes de su propio deseo de someterse al escrutinio. Pero en este caso la petición la hace el propio Presidente y no quienes se pueden considerar como sus detractores.
En ese sentido indicó que dicha consulta “me parece que se está deformando un derecho, la consulta de revocación es un derecho de los agraviados, no un derecho de los porristas, los que están agraviados son los que tiene el derecho de activar una consulta para pedir que el presidente en funciones se vaya”.
Pero en este caso no es así, sino que se convirtió “en una oportunidad de propaganda política y esto me parece profundamente dañino para la democracia directa”.
Pero ahora se tiene un presidente popular, no se ven manifestaciones o comentaristas clamando que se vaya, y “nadie lo está pidiendo, salvo él mismo y no piden que se vaya, sino que lo ratifiquen en el mandato”.
Desde su punto de vista el saldo final será una alta inversión que deberá ser cubierta por el Instituto Nacional Electoral con ahorros de su presupuesto, “una oportunidad de varios meses para polarizar, generando enemigos de papel, un desgaste cívico” que no aporta en nada a la cultura de la participación social.
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Además el “saldo de todo este ejercicio es desafortunado porque se tergiversa un derecho constitucional porque se engaña y se desgasta a la gente”.
Por eso desde su punto de vista en los próximos cinco meses los partidarios del presidente Lopez Obrador reúnanlas firmas que necesitan para activar este ejercicio, que el INE apruebe las firmas necesarias, entre enero y marzo el Presidente hará campaña a pesar de que el Tribunal Electoral le dijo que no lo puede hacer y se movilizará a la gente, quienes quieran que se vayan estarán ausentes, salvo los de la asociación FRENA.
Y el 10 de abril votará máximo un 15% del Padrón Electoral y de ellos el 85% lo hará a favor de la permanencia.