De poco a poco y con un tanto de inconformidad por lo precipitado de todo, es como comerciantes vaciaron sus locales, ubicados en el edificio Plaza en el Centro Histórico de Guadalajara, debido al riesgo estructural del lugar.
El pasado viernes 25 de julio el ayuntamiento tapatío ordenó el desalojo del hotel One, ubicado en el mismo edificio, como medida preventiva. Un día después se informó a una veintena de comerciantes que también debían retirarse, por lo que este martes todavía había quienes, como podían, sacaban su mercancía del lugar.
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Tal es el caso de don Tito López quien deberá reubicar su puesto de periódicos y revistas, a pesar de que su puesto se encuentra en el portal del edificio, por sobre 16 de Septiembre esquina Pedro Moreno, desde 1984.
Ya le habían avisado que no tenía permitido abrir, sin embargo, este martes se aventuró a hacerlo, solo para volver a cerrar tras el llamado de Protección Civil municipal de bajar cortinas. Refirió que si bien hay apoyo del ayuntamiento para reubicarse -lo moverán apenas media cuadra en el edificio contiguo-, sí tendrá que ingeniárselas para conseguir los 5 mil pesos que deberá gastar en la grúa para desmontar y mover su pequeño puesto.
"Es un gran gasto. Fueron cinco años de la obra (de la Línea 3), aquí quedó encerrado y me lo abrieron tres veces, me robaron, me quebraron los vidrios, me doblaron las cortinas, me deterioraron mucho el puesto. Luego ya más o menos empezamos a levantarnos y vino el tema de la pandemia, y ahora viene este problema, yo tengo seis años sin descansar, que no puedo ver la mía aquí".
Los locales que se encentran en el edificio, por sobre 16 de Septiembre, bajaron cortinas desde hace un día, razón por la cual la zona se encuentra acordonada (incluso los portales) para evitar el flujo de gente en el lugar de riesgo.
En este sentido, y tras el llamado de autoridades por desalojar, algunas tiendas como las joyerías recibieron a personal desde temprano para, a puerta cerrada, comenzar a guardar mercancía, así como otros locales de ropa que, para eso de mediodía, comenzaron a retirar todo lo que pudieran.
“Tras años de tren, y lo de la pandemia, esto (el desalojo) viene a ser una cuña para negocios como nosotros que son tradicionales, que tienen 70 años, con empleados de 30 años, pues nos van a quitar, nos matan. Están matando negocios tradicionales de Guadalajara”, lamentó por su parte Aurora Michel.
Para algunos la solución que presenta el Ayuntamiento de Guadalajara, de agilizar los trámites, no hará diferencia alguna, pues además de enfrentarse al cierre de locales de años, tendrá que buscar nuevos espacios, por lo cual varios de ellos se mostraron inconformes con cualquier tipo de apoyo, ya que lo único que quieren es trabajar.
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