Como “un infierno” son las secuelas de una cirugía estética mal realizada, dicen mujeres afectadas

En ambos casos el médico las bloqueó para no recibir en su teléfono móvil llamadas, ni mensajes

Viridiana Saavedra | El Occidental

  · miércoles 29 de septiembre de 2021

Han aumentado las personas que ostentándose como profesionales de la salud, ofrecen tratamientos o incluso cirugías estéticas que han afectado a miles de mujeres. Foto: Reuters

Como “un infierno” ha pasado Valeria los últimos tres años, pues su intención de lucir unos glúteos más grandes le generó secuelas serias, ya que le inyectaron polímeros en vez de ácido hialurónico.

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“Me siento y si duro 15 minutos sentada empieza a arder como si me estuvieran prendiendo un cerillo”, explicó la joven, de 31 años y madre de una pequeña de diez años, que además teme por su vida, pues más allá del ardor en los glúteos, le preocupa el daño a otros órganos.


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Ha visitado infinidad de cirujanos plásticos, luego de que un supuesto especialista le inyectara polímeros en marzo del 2018, cobrándole 28 mil pesos.

“Me explicaron que esos polímeros pueden migrar, se pueden ir tanto a las piernas, como a los órganos vitales, sobre todo los riñones y nunca me los van a poder quitar por completo, toda mi vida voy a vivir con ellos… En una resonancia que me hice hace un mes, ya empezaron esos polímeros a comerse toda mi grasa y se están infiltrando en el músculo, ya los traigo en los ovarios, en los genitales y es un desorden”.

Todo comenzó en diciembre del 2017, cuando se puso implantes de mama y tres meses después su cirujano le ofreció ácido hialurónico infiltrado en glúteos. Ella aceptó y al mes notó que una de sus mamas empezó a caerse “muy evidente”, por lo que se sometió a una maxtopexia, que es una cirugía para levantar los senos, la cual le practicó en agosto del 2018.

“Ese pezón me quedó negro y se veía mucho con diferencia al otro y me decía que era normal. Se hizo una costra y le hablé, me recomendó unos polvos y la costra se estaba empezando a despegar, me decía que cuando se cayera yo iba a ver mi pezón y yo veía un hoyo, no veía un pezón, lo volví a buscar y me bloqueó”.

Ahora vive con polímeros en el cuerpo y sin un pezón, pues no hubo antibióticos, parches, ni polvos que le funcionaran ante el procedimiento mal hecho.


Valeria se sometió a una maxtopexia, que es una cirugía para levantar los senos pero el resultado no fue el esperado. Foto: Cortesía


“Ha sido un infierno, porque es tan peligroso traer polímeros que en cualquier momento con uno que se vaya y me tape una arteria principal ahí quedo”, dijo la joven.

Otro caso es el de Isabel, madre de dos menores de edad, que a sus 38 años tiene desde agosto del 2020 padeciendo las secuelas de una cirugía que igualmente le practicaron de manera incorrecta.

Ella vive en León, Guanajuato y decidió operarse en Guadalajara, donde le hicieron una liposucción en cuatro áreas, con transferencia de grasa en glúteos, la cual a decir de especialistas que recientemente la han revisado, estuvo mal realizada y le provocó necrosis por modelantes.

De acuerdo con su testimonio, al segundo día de la cirugía notó una llaga y la persona que la operó le dijo que era “completamente normal” y siguiera con su faja.

La llaga se reventó a causa de la fricción y luego de aseos quirúrgicos, su glúteo izquierdo quedó con hoyo de alrededor de nueve centímetros de diámetro, mientras que el otro permanece amoratado a más de un año de la cirugía.


A Isabel hicieron una liposucción en cuatro áreas, con transferencia de grasa en glúteos, sin embargo, le provocó necrosis por modelantes. Foto: Cortesía


“Cada semana yo seguía viniendo a Guadalajara y cada que venía él me cortaba los bordes para que la cicatriz se viera cada vez más grande y en una de las ocasiones me suturó en su consultorio, un círculo que yo tenía por la abierta, lo que me sorprendió porque no era una herida lineal y al regresarme a León todas las puntadas se abrieron en el camino, lo que me ocasionó un daño todavía mayor en el glúteo, pero seguía pasando el tiempo y me decía que era normal”.

Su cirugía, incluyendo implantes mamarios costó 79 mil pesos, pero ha gastado más de doble en visitas a especialistas y medicamentos y “ya no me estoy atendiendo con nadie, porque todos los tratamientos de reparación son muy caros”.

“Todos los médicos coinciden que el doctor utilizó una técnica que no tenía que utilizar, que no es una técnica adecuada para la infiltración de grasa en los glúteos y que eso ocasionó una necrosis en ambos glúteos, uno lo tengo ya abierto, se salió toda la grasa que me puso, pero en el otro no hubo por dónde salir y el problema sigue ahí”.

En ambos casos el médico las bloqueó para no recibir en su teléfono móvil llamadas, ni mensajes, así como en redes sociales, por lo que ambas denunciaron, pero todavía no se fincan responsabilidad hacia el acusado.

“Moralmente me siento mal, psicológicamente mal, no me siento nada bien… Es importante revisar bien, no dejarse llevar por recomendaciones como yo lo hice y que la persona que se los va a hacer esté realmente capacitada, pues es algo muy feo por lo que estoy pasando y no se lo deseo a nadie”, agregó Isabel.