Ante una severa crisis de violaciones graves de derechos humanos en México, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y las comisiones estatales deben fortalecerse sin embargo corren el riesgo de perder su autonomía.
En Jalisco especialistas del ITESO (Universidad Jesuita de Guadalajara); de la Universidad Panamericana (UP) y de la Universidad de Guadalajara (UdeG), cuestionan el debilitamiento sistemático que los organismos de promoción y protección de los derechos humanos han tenido en el actual sexenio pero a la vez muestran su preocupación en que dejen de ser un mandato constitucional.
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Entrevistados por separado hicieron un análisis de la propuesta de desaparecer este organismo autónomo y crear una Defensoría Nacional de los Derechos del Pueblo propuesto por la presidenta de la CNDH, Rosario Piedra Ibarra.
La directora del Centro Universitario por la Justicia y la Dignidad del ITESO, Alejandra Nuño calificó la propuesta como “demagógica, ambigua, regresiva y técnicamente incorrecta” al pretender modificar las atribuciones, competencias y el mandato de la Comisión Nacional.
“La propuesta que está presentando la presidenta (Rosario Piedra) va en línea con un cambio claramente cosmético, pero muy demagógico de nombre. De pasar de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos a la Defensoría Nacional de los Derechos del Pueblo. Vuelve las preocupaciones sobre la autonomía cómo fue el proceso de elección de Rosario Piedra muy a línea de lo que está planteando el presidente López Obrador”.
Ante los llamados internacionales a México ante la crisis en materia de Derechos Humanos, la CNDH debería ser la voz de proteger a la ciudadanía, sin embargo señaló la académica ha legitimado las propuestas del Gobierno Federal entre estos la reforma a la Guardia Nacional, la militarización de la seguridad y la construcción del Tren Maya.
“La CNDH ha avalado la propuesta de reforma de la Guardia Nacional y militarización de la seguridad diciendo que no iba a presentar una acción de inconstitucionalidad, temas de la construcción del Tren Maya lejos de decir que podía ser violatoria de Derechos Humanos, criticaba a esos grupos de personas defensoras de Derechos Humanos que se oponían”.
Por su parte la académica de la Facultad de Derecho de la UP, Bianka Aryesha Llamas Covarrubias mostró su preocupación por la posible desaparición de la autonomía de las comisiones.
“Primero conocer el contenido de la reforma si realmente va a defender los derechos humanos o nada más el cambio de nombre para que digan 'ah, se hizo algo por parte del gobierno', pero lo que más me preocupa es quitarle esa autonomía para que algunos de los tres poderes puedan darles indicaciones directas a estas comisiones de Derechos Humanos”.
Para Dante Jaime Haro Reyes, defensor de los Derechos Universitarios de la Universidad de Guadalajara (UdeG), quienes están al frente de la CNDH no ha dado respuesta a una necesidad de la sociedad debilitando a la institución ante la sociedad. “La Comisión Nacional de Derechos Humanos no se ha pronunciado por asuntos de gravedad como el caso de las personas desaparecidas, de la población migrante, la violencia de género, los feminicidios, la salud para grupos vulnerables, en este caso los niños que padecen cáncer, la violencia contra defensores y periodistas. Hay una serie de temas en la agenda pendiente de este sexenio”.
Asimismo, coinciden en la falta de un fortalecimiento de la estructura del organismo defensor de los derechos humanos. Del ITESO, Alejandra Nuño indicó que hay un grave problema institucional con la renuncia de consejeras y consejeros y la falta de nombramiento de personas titulares: “dificulta mucho darles responsabilidad a las áreas concretas de la comisión y en específico de las visitadurías generales que son las que aceptan y tramitan las quejas para eventualmente pasan a una recomendación”.
En este enfoque Dante Jaime Haro Reyes, de la UdeG se refirió al debilitamiento de las comisiones atribuido a la “mala gestión” de quienes están al frente de las defensorías públicas y visitadurías al estar en la mesa del Poder.
“Los contrapesos que se han dado desde luego van a depender mucho de los perfiles que ocupen estas defensorías y muchos se han dado al final de cuenta en representar los intereses del poder el no incomodar, porque al final de cuentas se somete a las reglas de poder político, del poder económico que tienen al final de cuenta los gobiernos lo que hace mucho daño porque no pueden realizar bien su papel estos protectores del pueblo la hora de poder ejercer”.
En tanto, la docente constitucional de la UP, Bianka Aryesha enfocó su análisis a la tendencia del Gobierno Federal de centralizar a los organismos que funcionan como contrapeso del gobierno.
“Los órganos constitucionales autónomos son el contrapeso de los tres poderes, por si los tres poderes no están funcionando, ellos tienen la facultad de investigar y analizar que están violentando Derechos Humanos”.