En el Centro Histórico, nueve de cada diez negocios ya están en funcionamiento, pero no hay ni la mitad de clientes y esperan durante el fin de semana ir recuperando las ventas, para llegar al menos al 50%.
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“Todavía el jueves habrá sido un 50% de negocios abiertos, tuvimos días muy malos, en donde hubo un 5% de negocios abiertos, incluyendo el fin de semana y el lunes y martes y ahora los comercios están abriendo con todas las medidas de seguridad en cuanto a salud”, explicó Víctor Zetter, delegado de Canaco Centro Histórico.
Dijo que en las últimas semanas se habría visto un decremento en la cantidad de visitantes al primer cuadro tapatío, donde hay alrededor de dos mil comercios, pero desde el viernes pasado, cuando el gobernador, Enrique Alfaro Ramírez hizo un llamado a “quedarse en casa” para evitar los contagios del nuevo coronavirus, la situación se encrudeció.
“La dificultad más grande es tratar de que sobrevivan las empresas en el centro, estamos hablando de unos dos mil negocios. Hay negocios donde trabajan dos personas y otros con más de 15 personas”.
Un aspecto que tienen en contra los comerciantes del Centro Histórico, es que se acercan las vacaciones de Semana Santa y Pascua, que es cuando reciben miles de personas, algunas incluso de otros estados o países, con motivo de las celebraciones religiosas y la tradicional Visita a los Siete Templos, que ante la contingencia sanitaria, probablemente sufra algunas modificaciones.
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Recordó que en los locales del Centro Tapatío se puede encontrar cualquier tipo de mercancía o producto, por lo que invitó a los ciudadanos a acudir, tomando en cuenta las medidas de higiene recomendadas por las autoridades.
“Que salga una persona de la familia y esa persona haga sus compras, en el centro el Ayuntamiento está haciendo limpias y desinfectando las calles, yo pienso que podemos recibir de manera segura a la población, siempre y cuando extremen sus precauciones, que porten cubrebocas”.
Esto, para recuperar la actividad económica en el Centro Histórico, donde arriba del 90% de los establecimientos son de propietarios tapatíos, que desde el inicio de obras de la Línea 3 y el Paseo Alcalde, bajaron sus ventas y están en riesgo de cerrar de manera definitiva.