Pese a obras e inversiones en materia de transporte público, urge para la Zona Metropolitana de Guadalajara una cirugía vial mayor para destrabar no solo el corazón de la ciudad, sino sus principales arterias que van hacia zonas habitacionales e industriales como son la avenida López Mateos, la carretera a Chapala y la vía que va a Tesistán y Colotlán, donde pronto aumentará el flujo vehicular debido a la instalación de la Ciudad Judicial Laboral.
En los últimos 10 años se han desarrollado obras de gran calado como la Línea 3 del tren que va de Zapopan a Tonalá en 33 minutos, pasando por Guadalajara y Tlaquepaque. Y además, Mi Macro Periférico, pero hoy salta a la vista que no son suficientes.
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Así lo reconoce el Gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, que inmediatamente después de concluir estas dos obras ha dado impulso a la Línea 4 del Tren Ligero hacia Tlajomulco de Zúñiga y hoy le gustaría dejar las bases para lo que pudiera ser el principio de la solución de esos colapsos cada vez más comunes.
Ahora en estudio están diversas ideas para ampliar la oferta de movilidad pública como es el Macrobús hacia el Aeropuerto Internacional de Guadalajara con un ramal hacia la zona industrial de El Salto, la cual no se ha beneficiado ni con la primera ruta eléctrica ni con el Macrobús del periférico, pero ninguna de ellas se ve que pueda iniciar en el corto plazo.
En la zona de Tesistán y Colotlán “se tiene que desarrollar un sistema de transporte masivo para llegar hasta Valle de los Molinos y tenemos que construir a la brevedad por lo menos dos nodos (aunque al Gobernador no le gusta la infraestructura exclusiva para automóviles), el de la carretera a Tesistán en su cruce con la salida a Colotlán y una salida en Valle de lo Molinos que tenemos que resolver”, expresó Enrique Alfaro.
De ellos ya comenzó a realizar los proyectos ejecutivos. El proyecto de López Mateos se enfrenta a dar una solución integral a los usuarios de los 27 kilómetros, de los cuales cinco están en Guadalajara, nueve kilómetros en Zapopan y 13 en Tlajomulco, hay 12 pasos a desnivel, 16 retornos a nivel, 33 cruces con semáforo y 23 rutas del transporte público.
Una movilidad con freno
Tras una parálisis de más de 15 años desde el gobierno del panista Emilio González Márquez, luego del priísta Jorge Aristóteles Sandoval y finalmente del emecista Enrique Alfaro Ramírez, se contemplaron obras para la implementación de nuevos medios de transporte como el Macrobús que cruza de sur a norte y viceversa la Calzada Independencia; la Línea 3 del Tren Ligero y de Mi Macro Periférico.
Además, comenzó la construcción de un total de 41 ciclovías con una extensión de 187 kilómetros, de las que no ha sido fácil conectar entre todas y se garantizaron un total de 116 kilómetros de carriles prioridad donde conviven vehículos motorizados y bicicletas.
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Se mantienen 325 rutas en operación con un total de seis mil 483 unidades de transporte y se calcula -según el estudio más reciente del Instituto de Planeación y Gestión del Desarrollo del Área Metropolitana de Guadalajara (Imeplan)- que en transporte público un millón 587 mil 468 personas diarias.
Además, con la integración de la Línea 3 se han alcanzado 47.3 kilómetros de vías, en suma, y a estos se sumarían muy pronto 21 kilómetros más de la línea cuatro que va a Tlajomulco.
Y las dos rutas de Macrobús: la de Periférico (con 41.5 kilómetros) y la de Calzada Independencia (16.6) que en suma dan 58.1 kilómetros en total, entre ambas rutas se mueven más de 300 mil pasajeros diarios.
Aún con todo y esto topan en barrera con la periferia de una ciudad que no deja de crecer, el transporte resulta insuficiente y necesita con urgencia extensiones, pero además obras viales colaterales que permitan nuevas rutas de conexión y alimentadoras para que vayan a todos los rincones de una gran metrópoli que hoy paga las consecuencias de haber crecido sin orden o control.
Ante este dilema es que se va a iniciar un ejercicio de diálogo con los ingenieros, arquitectos, urbanistas, académicos, representantes de asociaciones de vecinos, empresarios y todos los que se vean afectados para llegar a un acuerdo sobre la solución que se dará, la cual miles de automovilistas esperan con incertidumbre porque no saben si será la solución definitiva o temporal.
“En el caso de la Puerta Sur como se le ha denominado a López Mateos, es un tema que requiere de un ejercicio de diálogo para encontrar la mejor solución, porque se han puesto sobre la mesa muchas alternativas; no se trata hoy de establecer cuál es mejor o cuál puede funcionar”, sino determinar entre todos los involucrados el proyecto técnicamente viable en su costo-beneficio y aclaró que en este momento no hay un proyecto propuesto por la Junta de Coordinación Metropolitana.
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Alfredo Rivas, quien de forma regular vive los problemas de circulación en esta vialidad, mencionó que no se explica cuál pueda ser el más viable ya que “se ha mencionado desde construir un Macrobús, carriles especiales y hasta un segundo piso, esperemos a conocer el proyecto final”. Estela Sánchez, quien es usuaria del transporte público, menciona que se habla de solucionar los problemas de circulación “pero del transporte público en qué nos puede ayudar, no dicen si se va a cambiar el modelo, si van a pasar más seguido o si habrá menos autos, quienes usamos el camión no sabemos del proyecto y mucho menos si hará más rápido mis desplazamientos”.
López Mateos cruza por tres municipios
La importancia de lograr una solución a los conflictos viales en la avenida López Mateos, es que a lo largo de sus 27 kilómetros atraviesa por tres ciudades. El primero en ser usado fue Guadalajara en donde se construyeron los primeros 5 kilómetros, de Plaza del Sol hasta la Glorieta a Colón y hasta Casa Jalisco.
Con información de Víctor Chávez | El Occidental