Considerado como el proyecto que catapultaría la agricultura de Jalisco, hoy, la tan famosa y sonada Ciudad Agropecuaria muestra los estragos del abandono, con basura alrededor de los dos pequeños edificios que se construyeron y que en su momento aspiraba a ser una Universidad Nacional Agropecuaria, hasta este fin de semana tiene las paredes grafiteadas y hasta sin vidrios.

En su momento se llegó a decir a través de ella se buscaría la integración de la cadena agroindustrial en la entidad y posteriormente en toda la región occidente a través de una serie de proyectos.

Es decir, desde esas instalaciones se pretendía promover la innovación, el desarrollo tecnológico y la capacitación para dar valor agregado a los productos agroalimentarios de la región al ser un centro de negocios que contaría con seis áreas estratégicas en un mismo lugar.

Sin embargo, el Consejo Agropecuario de Jalisco (CAJ) no se da por vencido y buscan proyectos para recuperar esa idea que fue la joya de La Corona en la presidencia del organismo por parte de Otilio Valdés Correa y que fue reconocido a nivel federal como la panacea para mejorar la agricultura del país.

La idea era generar un Centro de Gestión y Servicios, Capacitación y Desarrollo, Laboratorio de Investigación, Área de Exposición, Emprendurismo y transferencia de carga para servicio de las asociaciones ganaderas, avícolas, porcícolas, agricultores y agaveros de Jalisco.

Fue en la administración del entonces gobernador de Jalisco, Emilio González, en el 2011, cuando se colocó la primera piedra del proyecto que se irá edificando por etapas en los próximos 10 años, para ello se entregó en comodato un predio de 6.5 hectáreas al pie de la Avenida Lázaro Cárdenas y Carretera a Chapala, frente a la Unión Regional Ganadera, Tlaquepaque, y que era utilizado como estacionamiento cuando se realizaba la Expo Ganadera.

Según el proyecto original, primero se construiría un laboratorio con una inversión de 3 millones de dólares, a través del cual sé que certificaría los productos de exportación, entre ellos carne, aguacate, berries y hortalizas.

Todo esto se quedó en el tintero ya que a estas fechas las insípidas instalaciones están abandonadas, muestran los efectos del vandalismo, tiene basura por todos lados y poco a poco pierde piezas, empezando por las más frágiles como es el caso de las puertas de vidrio, ya ni vigilante tiene para evitar esos hurtos, todo porque la empresa Syngenta que sería esencial para su desarrollo, ahora ya no está.

Falta dinero y cambia proyecto

Para el 2015 EL OCCIDENTAL publicó que había estimado la necesidad de conseguir 200 millones de pesos para concluir el proyecto y no se tenían para tales fines por lo que la idea original sufrió modificaciones, en primer lugar, por la inestabilidad del terreno que fue rellenado con escombro, incluso desde las explosiones del 22 de abril de 1992.

Es por eso que se determinó construir una serie de laboratorios experimentales que se instalarán con el auspicio de empresas privadas y de la Secretaría de Educación, para lo cual ya realizan los movimientos de tierra correspondientes.

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Pero también está el otro elemento, que es el más importante, el económico, ya que se requerían de al menos 200 millones de pesos para construirla, dinero que no tenían para construirla, según el propio Otilio Valdés.

Hasta hace unos meses esas instalaciones albergaban el Seed Care de Syngenta para toda la parte de Latinoamérica Norte, es decir, es el mayor laboratorio realizado por la empresa en la parte del cuidado de la semilla y es un proyecto que compitió contra Brasil y Argentina, y varios estados pero finalmente se alberga en la Ciudad Agropecuaria.

Se busca reactivar el proyecto

Pero el CAJ no quita el dedo del renglón y el actual presidente, Jacobo Cabrera, aunque se resistía a reconocer la grave situación de abandono de esas instalaciones, dijo que ya se tienen nuevos proyectos y socios, aunque no se atrevió a señalar cuánto se requería para poner en marcha las nuevas ideas.

Para lo cual hace un par de semanas se reunieron con representantes de la embajada de Nueva Zelanda y una universidad extranjera para ser el primer “Living Lab” para el tema de lechería en donde se aplicará el modelo neozelandés en la zona de Los Altos de Jalisco y la costa sur del estado.

“Es un modelo que no requiere casi mano de obra, que puede ser de beneficio para los productores de Jalisco, los pequeños productores y en donde hasta 120 cabezas de ganado pueden ser controladas por la familia, entonces eso es lo que se va a hacer en Ciudad Agropecuaria”, además para abril del 2020 se tendrá en esas instalaciones el Encuentro Nacional de Femeleche, “ahí en Ciudad Agropecuaria y estará vinculado con una feria internacional de toda la parte de tecnología neozelandesa que se llama New Zeland Trade”.

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Entonces con esto se rehabilitarán las abandonadas instalaciones y “pasarán a ser ranchos modelos con capacitación técnica”, el primero de ellos en la ordeña a través de capacitación dada por la Universidad de Chapultepec hoy, la cual es la única en el país que tiene un rancho con el modelo neozelandés”.

Pero el deterioro de las instalaciones fue a causa de la partida de Syngenta, “la cual al ser vendida a una empresa china, deciden mover sus operaciones y hoy el siguiente uso que se le dará es una escuela de producción lechera para Jalisco”, aunque no se habla de inversiones.

Lo que fue la estrella máxima tuvo un bache, pero “el tema no es sólo el inmueble que está en ese terreno y Ciudad Agropecuaria tiene un fideicomiso que permite impulsar proyectos en todo el país, como es el lechero, la reproducción de colmenas y abejas meliponas, de las cuales hay 22 especies endémicas de Jalisco”, y se busca implementar en la parte norte de Jalisco zonas de protección.

El tiempo que operó estas instalaciones se hicieron investigaciones con diversas semillas y éstas se aplican en la zona de Los Altos de Jalisco con el modelo de silado de alta calidad y que permite cosechar hasta 22 toneladas por hectárea y libre de algunas toxinas que no afectarán a las vacas.

“Hemos logrado rentabilidad al pasar de 10 toneladas a 22 toneladas por hectárea y ya se implementa en Los Altos de Jalisco”, en donde el Consejo Agropecuario es socio junto con Syngenta.