Cuatro de cada diez mujeres en Jalisco trabajan en la informalidad, literalmente son obligadas a intercambiar tiempo para dedicarlo a cuidar a sus hijos, familiares enfermos o realizar labores propias del hogar. Por ausencia de seguridad social, salarios bajos, sin prestaciones de ley, además de inestabilidad laboral optan por ventas o actividades multinivel.
Sofía Pérez, presidenta nacional del Consejo Coordinador de Mujeres Empresarias, indicó que si bien hay una importante recuperación de los empleos para mujeres, la forma en la que se hace en la mayoría de los casos no es lo ideal o no compagina con los diversos roles que desempeñan en sus vida cotidiana. La brecha de desigualdad sigue vigente.
Empleos
En el 2022 que comenzó la recuperación del empleo con números que van de los 11 mil a los 15 mil por mes sin duda fueron empleos formales que se reportan al IMSS pero “teníamos un 40% fuera de este conteo oficial y que no se sumaban por no ser informales y no están dadas de alta, entonces estamos hablando de que si se tuviera un 150% de los empleos que ahorita se generan en Jalisco casi el 40% están en la informalidad.
Es decir, si se toma estas estadísticas se puede decir que tan sólo el año pasado cerca de 40 mil mujeres se sumaron a los empleos informales, sobre todo en el área de la agroindustria y a la maquila, es decir la mano de obra contratada a destajo. Muchas son presionadas a decidir entre tener flexibilidad en sus horarios y no tener ningún sistema de seguridad social.
Van por la formalidad
“Uno de los grandes retos para este 2023 es que las empresas lideradas por las mujeres puedan tener estos empleos formales ya que en el estado ha crecido el empleo informal de las mujeres por algunas de las situaciones que se dieron después de la pandemia como la falta de sistemas de cuidados y que ha hecho que las mujeres busquen empleos flexibles aunque signifique no estar en lo formal”, indicó.
Cuando se habla del empleo informal que desempeñan una gran cantidad de jefas de familia o hijas se da en dos vías, la primera de ellas es a través de una especie de emprendimiento informal “como es la comercialización de productos de ir a comprar algunas cosas como ropa, utensilios y luego irlos a vender a otro lado”.
En este contexto se ubican los grupos por las redes sociales a través de los cuales miles de mujeres de todas las edades buscan vender mercancías para hacerse de recursos, aunque hay algunas que dependiendo del giro sus ingresos son suficientes para una vida satisfactoria.
“De manera informal me refiero que no están dadas de alta como contribuyentes por el lado del emprendimiento y por el otro, lo que es el empleo en donde trabajen a destajo sin estar dadas de altas en el IMSS precisamente para poder tener un poco más de flexibilidad para el cuidado de adultos mayores o de sus hijos”.
En riesgo la salud y calidad de vida de las mujeres
Todo esto hace que la vida y la salud de las mujeres se vea afectada ya que en ocasiones se tiene la incertidumbre de si alcanzarán sus metas con el gasto diario. Mayra, quien tiene una estética, mencionó que ella vende productos de catálogos “para poder completar el gasto ya que la renta del local, el salario de las compañeras, comprar los productos y salir adelante con los gastos de la casa no es tan fácil con tintes, cortes y arreglos”.
En su caso ella vende lencería, colchas, sábanas, maquillaje, zapatos de todas las marcas de las que tiene conocimiento, algunos otros productos o se asocia con otras mujeres para ofrecer productos de servicios como repostería, panadería, entre otros, es decir se suma a las filas del 40% de las mujeres del trabajo informal en todas sus modalidades.
Más pobres: ONU Mujeres
De acuerdo a la ONU Mujeres, al trabajar en la economía informal, o sumergida como se la denomina a veces, las mujeres a menudo carecen de la protección que ofrecen las leyes laborales y de prestaciones sociales como las pensiones, los seguros de salud o los subsidios por enfermedad remunerados.
En su más reciente estudio a nivel mundial destaca que trabajan a diario por salarios más bajos y en condiciones inseguras, lo que incluye el riesgo de acoso sexual ya que tienen que trabajar varias horas para poder alcanzar a cubrir todas lasnecesidades del hogar.
Además refiere la ONU Mujeres que la falta de protecciones sociales tiene repercusiones a largo plazo para todas las mujeres. Por ejemplo, en todo el mundo hay menos mujeres que hombres que reciben pensiones, lo que redunda en un mayor número de mujeres mayores que viven sumidas en la pobreza.
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