Hasta el momento, reportan saldo blanco en los 36 cementerios metropolitanos de Guadalajara, Zapopan y Tlajomulco. Miles de familias acuden para dejar ofrendas, flores, comida y velas.
Al panteón de Mezquitán, esta mañana, acudió la familia Rodríguez y la familia González a adornar las tumbas de sus seres queridos, una tradición que ha perdurado de generación en generación.
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Antes del rosario, la familia Rodríguez adorno en la “casa de todos”, así llaman a la tumba donde están los integrantes de la “Rondalla tapatía”, convivieron, rieron desayunaron un lonche de frijoles con Chilaquiles, escuchar las melodías de la rondalla y entonaron los episodios del rosario.
Cada año, la generación femenina se reúne en el lugar en donde están los hermanos y los tíos. Guadalupe Rodríguez Aguirre, platica que es un día especial y una tradición de generación en generación.
“Cada año nos venimos a juntar aquí la familia, a desayunar con ellos, los extrañamos muchos, pero aquí estamos. Chilaquiles y frijolitos, con queso y coca”.
Para Margarita Rodríguez reunirse en la “casa de todos” es festejar la muerte y a la vez agradecer a la vida.
“Les estaba comentando a mis primas, a mis sobrinas, que es un día así lo sentí hoy es festejar la muerte, agradeciendo la vida. Porque la vida que nos dieron ellos a nosotros fue super especial, entonces, agradecemos la vida que nos dieron, pero al mismo este medio confuso, que ya no están, están allá, en otro lugar a lo que nosotros le llamamos muerte, y a donde todos mundos vamos a llegar a ir”.
Mientras que, en la Familia González, la tradición es adornar la tumba con una temática diferente: en el 2022 fueron adornos, enfocados al mariachi y este año, fue el altar de muertos con los tres escalones.
María de Lourdes González Lomelí, junto con su sobrino adornaron la tumba familiar, donde esta su hermano, su abuelita y su abuelito.
“Para nosotros es un orgullo porque de verdad, nos desvelamos haciendo todo y la familia, los demás hermanos son los que cooperan económicamente y nosotros hacemos lo manualmente posible. Vienen mis hermanos y toda la familia, somos más de 30 y venimos en todos los horarios y aquí estamos hasta que nos corren”.
Aunque el Mariachi en los cementerios de Guadalajara se prohibió, las familias acuden con sus pequeñas bocinas a festejar la tradicional fiesta mexicana de los difuntos.