Con mariachi, tejuino, nieves raspadas y una comida preparada por el personal penitenciario, se realizó la celebración del Día de las Madres, en el Reclusorio Femenil de Puente Grande. De 476 internas, más de 400 son madres.
También se realizaron actividades deportivas, lúdicas y artísticas, con obsequios recibidos en donación.
Ese tipo de actividades y celebraciones, son parte del seguimiento de la política denominada Reinserción Segunda Oportunidad, implementada por la Dirección de Prevención y Reinserción Social del Estado.
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En este 10 de mayo, se estableció un protocolo especial de visitas de madres a sus hijas en hijos en reclusión.
“En el pasado, el sistema de reinserción era represivo, segregador, inhumano, no contribuía a la reinserción social de las personas privadas de su libertad ni disminuía la reincidencia delictiva, porque violentaba a las personas, se les vejaba al interior de las prisiones, se les aislaba del mundo, y a partir del inicio de esta administración, determinamos la creación de una política pública de reinserción llamada Reinserción Segunda Oportunidad", dijo el director del Prevención y Reinserción del Social, José Antonio Pérez Juárez.
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Pérez Juárez señaló que una persona que había cometido un delito, quedaba aislada de su familia, y eso la hacía más violenta, pero eso era responsabilidad del Estado.
"Nosotros, al contrario, en el Día de las Madres, por ejemplo, impulsamos la convivencia y la integración, porque no sólo nosotros, muchos expertos en temas de delincuencia, criminólogos, sociólogos, han encontrado que un factor determinante para el aumento de la delincuencia es la desintegración familiar, junto con la desintegración social, por ello alentamos la integración familiar".
El titular del Sistema Penitenciario, señaló que las personas, no por el hecho de estar en un reclusorio pierden su dignidad y mucho menos su calidad de madres.