La ilusión por alcanzar un lugar dentro de alguna licenciatura para el calendario 2024 “B” de la Universidad de Guadalajara inici desde muy temprano para miles de de jóvenes y sus familiares, se levantaron temprano para arreglarse e ir con la mejor de la actitud aunque sí llenos de nervios y de incertidumbre de qué sucederá una vez que terminen la prueba.
Así como Alfredo Reyes, miles de jóvenes salieron de sus hogares con el tiempo necesario para llegar a las instalaciones que le asignaron para la evaluación, las cuales desde muy temprano ya se veía movimiento con la llegada de los primeros aspirantes, la hora de entrada era a las ocho.
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Un lápiz, una goma, un sacapuntas, su hoja de inscripción y sus conocimientos eran sus armas para enfrentar una de las pruebas más importantes en la vida de ellos y de la ilusión de la familia completa de que logre ser parte de la comunidad universitaria.
La fila parecía interminable, calles y calles alrededor de las instalaciones, vehículos que parecía no alcanzarían a estacionarse, las últimas recomendaciones de los papás de todo salga bien, concéntrate, primero lo que sepas, calmado, bendiciones, risas nerviosos y alguno que otro con tensión por ver a tantos aspirantes por un mismo fin, todos rivales aunque fueran hermanos, amigos o compañeros de aventuras.
A la entrada las últimas indicaciones de los organizadores, nada de celulares, lleven las púas de registro y su lápiz para agilizar la entrada, es por acá, ánimo ustedes pueden y hasta con algunos cartelones en los que los invitaban a no desanimarse y que ellos podrían con la prueba.
A la entrada la esperaban se dividía ya que los padres de familia y amigos se quedaban en el exterior y muchos de ellos por vivir retirados de la zona se quedarán las más de tres horas que dura la evaluación.
Aquí de nuevo la recomendación de permanecer en la sombra, hidratarse constantemente, no invadir carriles de circulación y si hay ganas de ir al baño pueden solicitar el permiso y no se les negará, al menos eso decían los jóvenes que coordinaban el ingreso y calmaban al que llegaba a toda velocidad porque ya pasaban un minutos de las ocho.
La hora se llegó y miles de aspirantes aún estaban en el exterior por lo que de repente se escuchó a alguien decir corran, corran ya van a cerrar las puertas, lo cual no era cierto ya que mientras la fila no se acabe, todos tenían asegurado su ingreso porque habían llegado a tiempo pero fue lento el ingreso.
La verdad de este esfuerzo de prepararse, levantarse temprano, calmarse, atender a los padres y sobre todo de controlar los nervios se verá reflejado hacia el mes de agosto que se dan a conocer los resultados de la evaluación.