Polémica generó la reforma al Reglamento de Policía y Buen Gobierno en donde uno de los párrafos deja lagunas a su interpretación y que aparentemente permitía que cualquier persona pudiera tener relaciones sexuales en la vía pública y no ser detenido si no hay una denuncia de alguien de por medio, esto con el afán de terminar con la corrupción de los elementos policiacos.
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En la discusión, la regidora del Partido Acción Nacional (PAN), Livier Martínez Martínez, pidió retirar el dictamen porque “la falta administrativa como sostener relaciones sexuales o actos de exhibicionismo obsceno en la vía pública o en vehículos sólo sea sancionado siempre y cuando se realice una petición ciudadana” sin embargo no se busca sancionar la conducta sino la actuación de los elementos de seguridad pública.
La parte del dictamen que le generó ruido a esta modificación es la que señala que “se propone que sea perseguido solamente a petición de parte debido a que posibilitaría un mayor apoyo comunitario a la intervención, evitaría la discrecionalidad de los elementos o una intervención con un alto grado de subjetividad que a la postre pudiera propiciar violaciones a los derechos humanos de los infractores y por ende responsabilidades del agente de autoridad”.
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Mientras que la autora de la reforma, la emecista Guadalupe Morfín, no quitó el dedo del reglón y aseguró que esto es aún considerado como una “falta contra la dignidad y la convivencia ciudadana. Es una reforma muy cuidadosa digamos de acupuntura para aterrizar en el reglamento criterios para la convivencia de la vida ciudadana, criterios que aterrizan al ámbito municipal la reforma constitucional de Derechos Humanos del 2011” y que abarca grupos vulnerables sujetos de violencia y en el área de la libertad de prensa.
Dijo que se buscó eliminar la “criminalización del trabajo sexual porque había artículos hechos como trajes a la medida para lastimar en términos policiacos a las mujeres sexoservidoras, que ejercen el comercio sexual en la vía pública” y se invitó a la “colectividad a que en caso de que haya besos, fajes y expresiones de amor en la vía pública que puedan lastimar a algún vecino, algún padre de familia, empoderen el actuar de la policía presentando la denuncia”.
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Dijo que si no hay denuncia, la situación quedaría como un elemento para impulsar la corrupción al extorsionar a quienes se vean involucrados en estas situaciones, pero además limitó el actuar de los policías en zonas de riesgo como son arboledas o zonas despobladas.
“Hay como una base de consentimiento mutuo, expresiones de amor entre jóvenes o adultos que se van a lo más apartado de alguna arboleda, de algún parque, a veces en donde ni casas hay, ahí qué tiene que estar haciendo la Policía hurgando, pero si hay queja, por algún vecino, incluso en esas lejanías, esa persona que se queja va a afirmarle al policía y ese vecino va decir: yo presenté mi queja y vino la Policía para pedirles que se retiraran”, aunque dijo que el policía debe tener criterios objetivos y racionales.