En este nuevo año que inicia es necesario que la ciudadanía trabaje por convertirse en agente de paz; ante los tiempos actuales que se viven todos se deben proponer a ser positivos, manifestó el Cardenal de Guadalajara, José Francisco Robles Ortega.
Durante la homilía en la misa de la Divina Providencia que dio el arzobispo este sábado, y posterior en entrevista, habló sobre la importancia de estar en paz al interior y trabajar porque haya diálogo, educación y sobre todo trabajo para todos, por cómo el año que acabó para muchos fue crítico en diversos aspectos.
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"Propongamos en este año que inicia ser positivos, ser agentes activos, ser agentes comprometidos de edificar la paz, comenzando con nuestra familia, en nuestro mundo de trabajo, y en todas nuestras relaciones. Lo que México necesita más en este momento es superar esa ola de violencia que nos ha invadido, una violencia muy cruel, y ojalá que nos preocupe y nos ocupe el revertirla en un ambiente de verdadera responsabilidad, fraternidad, diálogo y respeto".
Llamó a no anclarse en lo que se vivió el año pasado con "todas sus nubes oscuras", y mejor mirar hacia adelante con mucha esperanza y mucho entusiasmo para construir un México mejor.
Con respecto a la pandemia y una posible llegada de Ómicron, la nueva variante del Covid-19, dijo que hasta el momento siguen en los templos con los mismos protocolos sanitarios, y recordando a la gente lo que se tiene que hacer para inhibir contagios.
"Ojalá que no volvamos a tener que sufrir la restricción en cuanto a la participación de la gente, nos está costando que la gente vuelva a retomar la presencia y la práctica de su misa dominical asistiendo a la parroquia, ciertamente se facilitó mucho la participación a través de los medios porque encontró cierta comodidad, pero no es lo mismo participar virtualmente que presencialmente y hacer el ambiente que debe ser la iglesia de presencia activa, de presencia comprometida. Ojalá no volvamos atrás".
Por último, y con respecto a su reciente nombramiento como administrador apostólico de la Diócesis de Colima, manifestó que su encomienda estará hasta que llegue el obispo que se hará cargo, tras la renuncia de Marcelino Hernán Rodríguez.
"La función sencillamente es hacer presencia del papel del obispo en el gobierno en la marcha de la diócesis, mientras llega el que va a ser el obispo titular. Yo sigo aquí, solo seré administrador por un tiempo, esperemos sea corto. La responsabilidad primera está aquí".