En la homilía de este domingo desde la Catedral Metropolitana y acatando las medidas de la contingencia sanitaria por Covid-19, el cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara se lanzó fuerte contra quienes reniegan de que no hay las misas presenciales y no pueden comulgar, les dijo "piensen en lo que tienen hambre" y a quienes insisten de hay motivos obscuros por cierre de templos, de qué quieren quitar el culto y la fe, les responde "no nos la pueden quitar , ¡no nos perdamos en eso!".
Invitó a quienes se manifiestan y " es comprensivo y hasta reniegan que no tengamos las celebraciones de la eucaristía abiertas para todos; de que no puedan comulgar. A que piensen y piensen también en tantos hermanas y hermanos que no tienen el pan material para calmar el hambre de sus hijos"
Puntualizó: “pensemos en ellos y que estemos dispuestos a compartir lo poco o lo mucho que tengamos a compartirlo y ser solidarios con los que están careciendo de firma grave del pan nuestro de cada día.".
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El Arzobispo de Guadalajara , manifestó "muchas personas insisten e insisten en que tengamos cuidado los católicos, que hay intenciones oscuras que nos quieren quitar el culto, que nos quieren quitar la práctica de nuestra fe , ¡sí hubiera personas que tuvieran esas intenciones!, no nos van a quitar nuestra fe, no nos la pueden arrebatar, la fe nos viene de Dios, es un regalo de Dios y eso no nos lo puede quitar nadie".
Estas personas que dicen que hay esas oscuras intenciones de quitarnos la fe, les pregunta "¿qué pensamos de las escuelas cerradas, qué pensamos de los estadios cerrados, qué vamos a decir de los centros vacacionales solos y cerrados, ¿cuál es la obscura intención, ¿qué hay detrás de cerrar todos esos lugares y espacios de congregación de los fieles, de la sociedad de las personas, qué obscuras intenciones?, ¡no nos perdamos en eso!".
Refirió:" estamos preocupados y ¡qué bien! de no enfermarnos, estamos preocupados y temerosos de que pudiéramos morir, no queremos enfermarnos obvio, no queremos morir menos, eso es obvio, pero en lugar de estar muertos de preocupación y de miedo de enfermarse o morirse, pensemos y preguntémonos ¿para qué quiero vivir?, ¿para qué quiero seguir sano?, ¡para vivir como he venido viviendo!, envuelto en el egoísmo, en el marasmo de la vida por conseguir cosas y placeres y por ignorar a los demás, para eso quiero seguir viviendo, para eso quiero estar sano".
Honestamente, señaló "¿ por qué quiero seguir viviendo?, ¿por qué quiero estar sano?, quiero repetir los esquemas de vida que traía y que más bien son compromiso con la cultura de la muerte, yo no quiero vivir para eso, para seguir fomentando la cultura de la muerte, si yo quiero vivir y dios me concede, quiero renovar mi forma de vida para el bien propio y bien de los demás, para el servicio de la caridad y para el servicio en una unidad de la familia humana y unidad en patria y todos los pueblos para ser mejores seres humanos".
Ya no vivir, apuntó " ignorando y tratando injustamente a los demás."
El Cardenal Robles Ortega indicó que cuando sólo "nos centramos en la falta que nos hace la comunión, cuando sólo nos centramos en que no estoy comulgando y estoy evitando que venga la gracia a mí, pensemos también en las hermanas y hermanos que no pueden no sólo comulgar "¡no pueden comer!", no pueden saciar su hambre".
Aclaró "la gracia de Dios no está sujeta ni supeditada solamente a los sacramentos, se puede obtener también de forma espiritual, por eso el Papa nos invita a que comulguemos espiritualmente porque no pueden acercarse sacramentalmente a recibir la comunión. También se obtiene por el servicio a la caridad y atención a los hermanos, no está la gracia encerrada por así decir o sujeta o supeditada a recibir o no el sacramento, la gracia de Dios se nos ofrece cuando hay una disposición interior, una fe viva y una comprensión de la situación que estamos viviendo ".