Aunque todavía falta un mes para navidad, en el primer cuadro de la ciudad ya se comienza a manifestar el espíritu decembrino no solo porque locatarios exhiben mercancía acorde a la ocasión, sino por cientos de tapatíos que acuden a comprar o "sondear" qué es lo que van a adquirir para las fiestas.

Sin embargo, no todo son compras ni locales bonitos, pues entre más se acercan las fiestas decembrinas es más el caos que se presenta en las calles del Centro Histórico de la ciudad, en especial, por automovilistas que no respetan los espacios para estacionarse.

Con el operativo que autoridades tapatías llevaron a cabo por el Buen Fin, en su momento el alcalde Ismael del Toro Castro señaló que pondrían mayor énfasis en zonas como Medrano y Obregón por este problema, sin embargo y pese a que ya pasó la jornada de ofertas, los estacionados en doble fila o en otros lugares prohibidos no se dejan de ver.

Chécalo:

"Te has de dar una vuelta por la tarde, es cuando más nos apretamos todos. Las banquetas a veces no son suficientes y la gente se baja, pero tiene que rodear carros porque también se estacionan mal o donde no deben y luego se enojan por las multas, pero lo siguen haciendo", refirió doña Carmen, quien de unas semanas para acá ha notado mayor afluencia de gente por la zona de Obregón.

Pese a los operativos para que se respete el programa de Banquetas Libres o por retirar a franeleros de varios puntos de la ciudad, el desorden continúa presente en ciertas horas, pues a decir de locatarios si bien son muchos compradores los que solo llegan de paso, estos lo hacen sin respetar del todo los reglamentos de movilidad.

“Hacen lento el tráfico. Unos se van y otros llegan, pero los carros se juntan, los pitidos suenan y la gente se pasa por donde quiere con riesgo a que los atropellen o los niños que traen. Sobre todo, en la tarde”, agregó Rodrigo.

San Juan de Dios suele estar repleto en ciertas horas del día, sin embargo, conforme la gente se adentra a la zona también se pueden notar varios aspectos: mayor mercancía navideña o de temporada -como ropa o calzado-, así como quienes acuden desde ya, anticipándose al caos de los días previos a Navidad, para hacerse de los respectivos obsequios.

"Me vine a comprar unas camisas para mi esposo para su trabajo, y unas chamarritas para los niños. No he visto, así como ofertas, pero uno ya sabe a dónde ir para que rinda el dinero", platicó Rosa, quien prefirió adentrarse en las concurridas calles de Obregón para adelantar algunos obsequios.