Luego de 26 años de cambiar el horario a diestra y siniestra este próximo 30 de octubre se le dará fin al Horario de Verano, programa polémico que modificó la vida de millones de personas con el pretexto de que se generaría un mayor ahorro de energía eléctrica cuando en realidad nunca lo hubo.
Sin embargo para las nuevas generaciones esta medida es algo normal. Ellos creen que modificar el horario cada año es algo que debe regir. Pero para el resto de la población resulta pesado, ya que a la mitad de su vida fueron obligados a cambiar su ritmo de vida drásticamente.
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Así las cosas, si todo marcha como hasta ahora (si el Senado de la República no lo rechaza), quedará eliminado el cambio de horario para los años posteriores donde el tiempo seguirá su curso sin modificación alguna, sólo en algunas ciudades fronterizas del norte del norte del país cambiara ya que es indispensable hacerlo por temas comerciales.
Sirve recordar que la noche del 29 de octubre, antes de dormir, hay que atrasar manualmente una hora el reloj convencional, ya que en varios dispositivos inteligentes digitales el cambio es por automático.
Cabe mencionar que la medida fue impuesta en el gobierno del entonces presidente de la República Ernesto Zedillo Ponce de León en 1996 con el propósito de ahorrar energía eléctrica aprovechando las condiciones de luz natural cada año a lo largo de seis meses, sin embargo, para muchos esa medida fue algo extrema ya que los días se convirtieron más largos, generando un mayor desgaste físico y mental. Incluso algunos en la actualidad presentan problemas para adaptarse por espacio de un mes.