El abogado Francisco Jiménez Reynoso explicó que lo ideal es que estas cantinas, bares, centros botaneros o “negocios de alitas” como hoy se les disfraza no estuvieran ubicados a kilómetros a la redonda de cualquier plantel escolar.
Sin embargo, su crecimiento desmedido y desordenado los ha acercado cada vez más no solo a Centros Universitarios especializados, sino también a escuelas preparatorias. “Esto no es exclusivo de escuelas públicas como la Universidad de Guadalajara, también se da en el caos de escuelas privadas”, detalla.
Te recomendamos:
La Universidad de Guadalajara se dispuso a realizar un estudio a través de su Observatorio de Seguridad y sobre todo al momento de trabajar al lado de la Federación Estudiantil Universitaria al momento de instaurar los llamados senderos seguros que permitan a estudiantes viajar de sus hogares a las escuelas y viceversa de manera segura.
De esa manera detectaron 54 de venta de alcohol o de los llamados “giros negros” en torno a un total de 16 planteles, que incluye a 12 escuelas preparatorias donde la mayor parte de la población estudiantil es menor de edad y cuatro centros universitarios. En varios sitios se confirma que venden alcohol a menores de edad.
El abogado Jiménez Reynoso explicó que algunos de estos sitios ya no están dentro del rango de los 200 metros, sino que están justo enfrente de las propias preparatorias o centros universitarios.
“La norma nos dice que deben de estar a no menos de 200 metros de los planteles educativos, sin embargo, no se respetan y por ello la propuesta de retirarlos a 500 metros o hasta mil metros (un kilómetro) con la finalidad de que los estudiantes no adquieran los vicios ya que la mayoría de ellos son menores de edad”, explicó.
Esto implicaría una legislación a nivel municipal en todos aquellos donde hay instalaciones universitarias haciendo obligatorio que queden a 500 o mil metros de planteles escolares, enfatizó.