Está mañana la calle Pirul en su cruce con Pedro Moreno de la colonia El Manantial de Tonalá se volvió a pintar de rojo por la sangre que brota de las alcantarillas del lugar.
A decir de las personas que habitan en la zona el problema no es nuevo ya que desde hace años se ha presentado el conflicto que además de alertar a los vecinos, los olores que emanan de la alcantarilla son nauseabundos.
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Según las personas la sangre que brota del registro se trata de los desperdicios del rastro municipal que vierte los desechos de animales al drenaje y que al saturarse durante la temporada de lluvias brotan por las alcantarillas de la colonia El Manantial.
"Este rastro se construyó en el año de 1985 en la orilla del pueblo que hoy queda rodeado de viviendas y desafortunadamente el rastro no tiene sistemas de drenaje adecuados, no tiene trampas y arroja la sangre del sacrificio de los animales directo al drenaje y como llovió anoche los drenajes se saturan y la sangre empieza a salir calles abajo, han hecho algunos arreglos el Siapa y el ayuntamiento para intentar solucionar la situación pero evidentemente ha sido inútil"
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Aunque el municipio de Tonalá tiene conocimiento del problema ya que en septiembre del 2022 se presentó la misma situación y envió personal a realizar la limpieza de los registros, la sangre que corre nuevamente por las calles de esta colonia demuestra que poco ha hecho para remediar el origen del conflicto.
Quien tiene que caminar por esta calle lo hace brincando la sangre que mancha el calzado y con una mano en cara simulando un cubrebocas para evitar respirar lo que emana del registro.
Además, la sangre que brota del registro y que corre por la calle Pirul baja al arroyo de la Tinaja que finalmente termina en el Río Santiago contribuyendo a la contaminación de este.
Vecinos de la zona hacen el llamado al Gobierno de Tonalá y al Siapa para intervenir el problema en el rastro municipal ya que durante la actual temporada de lluvias los drenajes de la zona se saturan por lo que dicen que de no ser atendido desde su origen no será la única ocasión que sus calles se pinten de rojo por la sangre que brota de los registros.