Comienza a ser una realidad el que las personas que se digan a cuidar a familiares y amigos enfermos o con alguna discapacidad en la que requieren de apoyo total, también accedan a los descuentos que marca la ley en transporte, esparcimiento entre otros.
En la comisión de Igualdad en el Congreso se aprobó esta reforma y en donde se explicó que el 75% de las personas que se dedican a esta labor son mujeres, el 25% son hombres y en muchos de los casos dedican todo su tiempo a quien cuidan o apoyan con lo nuestro se olvidan de sus propios cuidados y atención médica, en muchos de los casos hasta fallecen antes que la persona enferma o discapacitada.
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El 75% de quienes se dedican a cuidar a personas enfermas o con discapacidad son los propios descendientes, le siguen los nietos en menor medida y así va bajando la línea familiar.
De esta forma lo aprobado en la comisión estipula que las personas que cuidan a discapacitadas o enfermas también gozarán de los beneficios de descuentos especiales en dichos sitios y además en recreación, cultura, deporte, transporte aéreo terrestre y marítimo, pero sólo será para la cuidadora primaria, es decir, a la que pasa el mayor tiempo con la persona enferma.
En la comisión que encabeza la diputada de Movimiento Ciudadano, Dolores López, se indicó que esta reforma es de suma importancia porque así se “merma el bolsillo de estos ciudadanos” y se apoya en gran medida a quienes se dedican a este proceso por voluntad, obligación o necesidad.
Explicaron que si se “toma del punto de vista de la feminización de la pobreza, son las mujeres las que más cuidan y obviamente por el hecho de estar al cuidado de personas con discapacidad, adultos mayores, enfermos, se les imposibilita tener un empleo remunerado dignamente, por lo tanto este apoyo lo tenemos que visibilizar ante la sociedad”, dijo López Jara.
Sobre todo cuando van a terapias o consultas médicas en el caso de las personas enfermas o adultos mayores tiene descuentos en el transporte público pero su cuidadora o acompañante primaria no los tiene.
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Es así que se pretende darle un giro a la normalización que se ha hecho del tema del cuidado de personas con esas condiciones de salud y “le toca a quien esa mujer, porque es su trabajo o es por lo que se debe hacer, sin embargo a veces las encontramos en condiciones precarias y hay tesis interesantes en donde muestran que las personas que cuidan termina igual” que la condición de quienes apoyan.
Es decir, les da el síndrome del cuidador porque todo se concentra al enfermo y se va dejando en segundo término la atención a los cuidadores.
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