Si bien el tema de las inundaciones por la zona no es algo nuevo, lo cierto es que para Hermelinda, como para muchos vecinos más, el año pasado se vivió un verdadero calvario luego de las fuertes tormentas que terminaron por desbordar el Arroyo Seco, en el municipio de Zapopan.
Aquella tarde de sábado, del 24 de julio del 2021, se registraron diversos daños en al menos diez colonias como la Mariano Otero, en donde sus habitantes se las tuvieron que ingeniar para salvar sus cosas ante el gran volumen de agua que se filtró por muchos hogares.
Podría interesarte → Urgen a impedir la urbanización del predio Los Robles
"Gracias a Dios no se me metió mucha agua, sí se me metió cuando mucho un metro de agua pero no se me mojaron las cosas, porque además de que estoy más retirada, estoy alta en el lugar, entonces, no se metió mucha agua", narra, al expresar cómo es que vecinos de la cuadra vivieron algo similar.
Ella tuvo la fortuna de no registrar daño estructural en su vivienda, no obstante, esto en parte se debe a la adaptación de muchos de ellos ya sea al colocar algunas bardas en la entrada -a fin de frenar el cauce del agua en alguna tormenta-, mover muebles o incluso levantarlos.
Sin embargo, como estos casos otros más se ven en varias partes de la ciudad, ante la proliferación cada vez más notoria de puntos de inundación que meten en aprietos a familias enteras.
20 años de 'más agua'
Para Luis Valdivia Ornelas, investigador del departamento de Geografía de la Universidad de Guadalajara (UdeG), las últimas dos décadas han sido reveladoras en cuanto a la cantidad de inundaciones que se registran en la ciudad con cada temporal de lluvias.
"Hemos observado un incremento muy considerable de las inundaciones a partir del 2000. Antes de ahí teníamos alrededor de 20 o 30 inundaciones importantes en promedio, y a partir del 2000 se han duplicado, incluso a veces hasta triplicado en función de cómo viene el temporal".
En un temporal "normal" detalló que se tienen entre 70 y 80 inundaciones importantes, pero cuando la lluvia aumenta se han llegado a registrar hasta 120 eventos de inundación severos en el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG).
Crecimiento urbano desmedido
Para el académico del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), el aumento en las inundaciones está vinculado al crecimiento urbano en la ciudad, pues esto ha generado la alteración de las condiciones del ciclo del agua con la pérdida de los cauces.
Constatado tras el monitoreo que llevan desde hace años -interrumpido en 2012-, en una base de datos que están por actualizar hasta el 2021, expresó que a más invasión de zonas bajas no permitidas o urbanización en partes altas de la cuencas y laderas de los cerros, es más agua la que se escurre y que no se infiltra.
"También vemos en las estadísticas que ha aumentado el tirante de agua y ha aumentado la velocidad del agua, y eso las hace más peligrosas, entonces hemos visto ya más arrastres de personas, de vehículos. Tenemos un componente de que no solo es más frecuente la inundación, sino más peligrosa".
Puntos de riesgo
En los últimos diez años se estima que en la ciudad aumentaron los puntos de inundación de 350 a 500, concentrados específicamente en 40 áreas prioritarias, de acuerdo a los datos recabados por académicos de la UdeG.
Si se tuviera que hacer una lista con los puntos más peligrosos, añade Valdivia Ornelas, sin duda alguna se incluirían zonas como Santa Anita; El Garabatos por Mariano Otero; Arroyo Seco; El Dean; Patria, entre Acueducto y Plaza Patria; San Andrés; a lo largo de López Mateos, con puntos de cuidado en avenida México o hacia Américas; El Húmedo por Tesistán; Las Rusias en Tonalá; así como La Unión del Cuatro y San Agustín en Tlajomulco.
Además se suman puntos como la Calzada Independencia, especialmente en su parte baja; Plaza del Sol; Expo Guadalajara; en tanto que toda el agua que viene desde El Colli, La Estancia o Chapalita que no es captada baja a gran velocidad por ciertas calles del centro tapatío, generando puntos de cuidado a la altura del Expiatorio y hasta la calzada.
Se preparan para el temporal
Ante estos escenarios, cada año autoridades en turno anuncian o implementan medidas de mitigación, a fin de evitar inundaciones severas en la ciudad, sin embargo, vecinos de colonias como El Dean -en Guadalajara- se preparan con lo que pueden antes del temporal, pues aun con el vaso regulador de la zona los volúmenes de agua en cada tormenta les generan diversos estragos.
Bardas altas en los ingresos, así como costales y otros objetos tienen a la mano en caso de ser necesario para frenar el paso del agua nada más llueve fuerte en el lugar, no obstante, el cansancio es evidente porque prácticamente cada año es siempre lo mismo.
"Lo de ley son como 30 centímetros por donde le veas, el agua pasa las banquetas y se debe ir uno con cuidado si (la lluvia) agarra en la calle. Nosotros tenemos una bardita, pero la vecina ha hecho más, creo que levantó sus cosas para que no se arruinen (...). El agua nos ha subido casi el metro y hemos usado costales para amortiguar, pero nunca es suficiente si se viene pesada la inundación o la lluvia", lamentó Roberto por su parte.
Menos colectores, más regularización urbana
Si bien la estrategia de los colectores se aplica para mitigar inundaciones, Luis Valdivia considera que ha sido una técnica que ya demostró no ser la solución. Manifiesta que se deben tomar muchos más aspectos, para arreglar el problema a corto, mediano y largo plazo, como controlar el crecimiento urbano con una visión mucho más integral que la actual.
"Las partes altas no deberían urbanizarse, no debería haber centros comerciales como en la zona del Tajo, no edificios, no debería de haber grandes superficies de estacionamiento. Ahí deberían ser zonas de intersección, retención e infiltración, para que el agua que se genere no empiece a presionar el sistema de colectores en la parte media y baja, pero no se hace (...). El sistema de colectores tiene muchos años, es para una ciudad de menos de la mitad de ahorita, pero no hay que apostarle todo al colector".