El Arzobispado de Guadalajara, hizo un extrañamiento a la Fiscalía General del Estado en el caso del asesinato del padre Juan Miguel Contreras García, ya que dicen sentirse desilusionados y decepcionados porque no se ha llegado a una "verdad contundente y coherente" sobre este lamentable hecho.
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"Manifestamos nuestro extrañamiento por la filtración (no sabemos quién), provocadora e irresponsable, a algunos medios de comunicación, del acta de la detención de Cristian Octavio Cholico, y donde manifiesta, según él, lo que lo orilló a cometer el crimen en contra del padre Juan Miguel. Un documento que sólo debería estar en la Fiscalía, y en su caso, que ésta, oficialmente, diera a conocer los datos que considerara pertinentes, alguien lo filtró para que fuera del conocimiento y el escarnio público", expone en su órgano informativo El Semanario.
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Agrega que la publicación de este documento filtrado "vino a consternar más, y a confundir a los fieles de la comunidad de Tlajomulco, último destino del sacerdote, y que no tenían ninguna referencia de lo que ahí se describe.
Esperamos que lo publicado no sea una conclusión definitiva de parte de la Fiscalía, porque hay elementos sustanciales que no están claros".
La Arquidiócesis tapatía destaca que "ante los crímenes no debe haber tolerancia, y sí claridad y celeridad para resolverlos, no importa de la persona que se trate. Se requiere siempre contundencia, coherencia, verdad y justicia".
La comunidad espera, añade "la verdad sin contradicciones. Que sean verdades, con fundamento, sin revictimizar al asesinado. Verdades, aunque no sean agradables, pero sólidas, y que pueden afectar incluso a los que están investigando los hechos. Todavía, esperamos, entonces, saber quién mandó matar al padre Juan Miguel y por qué".
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Además de provocar consternación en los fieles, en particular, de la comunidad de San Pío de Pietrelcina, donde desarrollaba su ministerio como vicario parroquial, y en toda la Arquidiócesis de Guadalajara, causó sorpresa en la sociedad. Aunque los homicidios, "en nuestro entorno, se han vuelto algo, desgraciadamente, cotidiano, un hecho así, la privación de la vida de un sacerdote, en esta forma, es inusual. Algo tuvo que haber pasado que ocasionara tan lamentable desenlace".
Sin embargo, "las suposiciones, sospechas e imaginaciones no se hicieron esperar. Por eso, era necesario, como en todos estos casos, que la autoridad, lo más pronto posible investigara y aclarara, apegada a la ley y a la honestidad en las pesquisas, el hecho, para disipar las dudas. Los resultados no han sido satisfactorios".
Reconocen que aunque se logró aprehender al asesino confeso, las declaraciones del mismo en torno a los hechos y las razones de su proceder, han sido contradictorias. En la misma declaración escrita (existe otra en video), por ejemplo primero manifiesta haber conocido al clérigo, y luego señala que, antes de matarlo, tuvo que preguntar quién era, para identificarlo. Entonces, ¿lo había visto o no antes de quitarle la vida? Y así, otras serias inconsistencias.
"Por esto, nos sentimos desilusionados, decepcionados, porque no se ha llegado a una verdad contundente y coherente", señala el Arzobispado.