Alrededor del 3% de la población adulta padece alguna clase de alergia alimentaria, mientras que en la niñez se duplica, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Algunos alimentos que pueden causar alergia son cereales, huevo, pescados, soya, cacahuate o la leche. La Alergia a la Proteína de Leche de Vaca (APLV) es la más común en menores, al ser uno de los primeros alimentos a los que se ven expuestos.
La gastroenteróloga pediátrica, Karen Ignorosa Arellano, acentúa el llamado en diferenciar alergia de intolerancia, los síntomas de la primera son más graves en menores de edad, y la segunda se presenta más en la etapa adulta.
Explicó que, una alergia es una respuesta adversa ante algún alimento teniendo manifestaciones de tipo gastrointestinal, dermatológica y respiratorio, en cambio la intolerancia es una reacción que genera el alimento.
“Pero no va acompañada de una respuesta inmunológica como la intolerancia a la lactosa, esto es incapacidad de poder digerir, los síntomas son directos de tipo digestivo. Problemas para poder digerir alimentos”.
La alergia alimentaria, indicó es más frecuente en la niñez por el periodo de crecimiento y desarrollo de su sistema inmunológico, lo más frecuente, dijo es la alergia a la proteína de la leche de la vaca “Su prevalencia mundial de uno a cuatro por ciento”.
La intolerancia varia debido a que se presenta en etapa adulta, incapacidad para poder digerir la lactosa: “es el principal hidrato de carbono que está presente en la leche, y para que nuestro cuerpo lo pueda digerir o lo podamos descomponer y poder utilizarlo necesitamos de una enzima que se llama lactasa para poder separar esa lactosa y que nuestro cuerpo la pueda utilizar”.
Esta enzima dijo, comienza a disminuir conforme avanza la edad, en algunos casos a partir de los 18 años: “Con ciertas cantidades de lactosa ya su cuerpo no lo puede digerir, y presentan estos síntomas”.
Reiteró que la intolerancia, se presenta cuando el organismo no puede digerir de manera correcta algún alimento o este genera un efecto directo en el sistema digestivo. Se pueden presentar náuseas, gases, retortijones abdominales, diarrea, irritabilidad, o dolor de cabeza.
Podría interesarte:
En cambio, una alergia alimentaría va más allá, involucra al sistema inmune, éste detecta algún alimento como “agente invasor” y lo ataca, por ello los síntomas son diferentes y más graves, en casos extremos, puede causar anafilaxis, una reacción que aparece unos segundos o minutos después de la exposición a un agente alérgeno que incluye, dificultad para respirar y puede provocar un shock.
Una reacción alérgica, se puede reflejar también, en problemas para respirar, opresión de garganta, tos, ronquera, vómitos, dolor de estómago, urticaria e inflamación.
La especialista comentó que la lactancia materna ayuda a entrenar al sistema inmune y con ello disminuye el riesgo de presentar alergias de cualquier tipo, el llamado es seguir la pauta de la OMS de brindar lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida y complementaria hasta los 2 años o hasta que la madre y el hijo se sientan cómodos.