La agresión y violencia en contra de periodistas en el país se ha mantenido como una constante a la alza en el actual gobierno de Andrés Manuel López Obrador; pese a la esperanza que había porque esto terminara, en la actualidad hay muchas voces pero no diálogo, solo disonancia.
Así lo señaló Ana Cristina Ruelas, directora de Article 19 México, como parte del informe anual "Disonancia: voces en disputa", en donde señaló que durante 2019 han sido agredidos 609 periodistas de los cuales 10 fueron asesinados por hacer su trabajo.
"Esto representa un crecimiento de casi el 100 por ciento respecto al primer año de gobierno de Enrique Peña Nieto, y un aumento del 12 por ciento respecto al registro de agresiones del 2018".
Contrario a lo que se dijo en un inicio con la llegada del nuevo gobierno, expresó que el derecho a disentir es algo no garantizado, pues el presidente ha utilizado la palabra como arma para neutralizar a cualquier que no esté de acuerdo con él, suscitando que entre sus seguidores aumente la agresión en contra del periodismo crítico.
"En los primeros 100 días de gobierno López Obrador ya había consolidado apelativos como fifí, conservadores e hipócritas como expresiones comunes que repite en sus conferencias para referirse a la prensa crítica. Estas declaraciones han operado como detonantes de amenazas cometidas por terceros contra periodistas que cubren la fuente presidencial".
Al respecto, detalló que el 15 por ciento del total de las agresiones en la capital del país se dieron en este contexto; que en 2019 las agresiones de tipo "uso legítimo del poder público" se duplicaron; y que el número de agresiones en contra de medios de comunicación incrementó casi en 100 por ciento, con tipos de ataques por la estigmatización por medio de la comunicación oficial, amenazas de acciones legales y campañas de desprestigio.
Explicó además que la causa del 56 por ciento de las agresiones al gremio se dio por cubrir información relacionada con la corrupción y la política del país; y que el 43 por ciento se llevan por funcionarios de gobiernos de todos los niveles, especialmente estatales y municipales.
Esto, añadió, empeora si se toma en cuenta que el 99 por ciento de todos estos crímenes quedan en la impunidad, pues de mil 614 casos en trámite de 2010 solo se han logrado 14 sentencias sin que se vincule a quienes dieron la orden de agredir. En este panorama, manifestó que Ciudad de México, Quintana Roo, Puebla, Guerrero, Oaxaca y Veracruz son los estados más violentos para periodistas.
Advirtió que todo esto ha sido posible en parte porque se siguen con las mismas prácticas de viejos gobiernos, como el control de la información al determinar a quién sí la comparten y cómo, hasta la manipulación de la opinión pública con una gran presencia en redes sociales con mensajes automatizados.
Con la presencia del gasto discrecional en publicidad oficial, favoreciendo a medios como TV Azteca, Televisa o la Jornada, enunció que las conferencias matutinas también han funcionado como una estrategia de posicionamiento para el debate público, que ha hecho imposible contrastar la información y que por ende aumenten las solicitudes de transparencia.
Como parte del informe reconoció que las mujeres hayan logrado abrirse paso para lograr la igualdad en todo este ejercicio de la libertad de expresión, pero hizo un llamado a combatir la violencia contra periodistas y garantizar su protección, pues en la actualidad el riesgo y los rezagos persisten.
"Hacemos un llamado a promover el desarrollo mediático e independencia de los medios de comunicación; garantizar acceso a la información para todos; combatir la desinformación con mejor información; y eliminar el uso del lenguaje estigmatizante, discriminatorio y de incitación a la violencia. El tiempo corre y nos acercamos a un peligroso punto donde de no verse un verdadero cambio, el cinismo, la desesperanza y la apatía pueden volvernos su presa".