Los malos olores expedidos desde el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) hacia las casas del fraccionamiento Revolución no dejan descansar a los vecinos, quienes también se quejan del movimiento que hay en ese lugar a lo largo de la noche y que interrumpe abruptamente su sueño.
De manera anónima, los afectados señalan que a más de dos años de que desaparecieron los llamados "tráileres de la muerte", en donde se almacenaron más de 400 cadáveres sin las condiciones adecuadas para su conservación, ese mal olor no se ha quitado y por las noches es más frecuente.
“No, en absoluto, siguen los olores fétidos, el movimiento por las noches es igual también, las camionetas del forense salen con las sirenas prendidas a la hora que sea y una vez hubo un acuerdo con el director y dijeron que Iban a tomar medidas para salir sin ruido, no se les van a ir los fallecidos, como para salir con las sirenas prendidas, entonces los olores siguen igual, los tráileres sí estuvieron aquí, qué hicieron, no lo sé”, dijo una de las vecinas.
Todos señalaron que ya no quieren que se les generen problemas con nada, al contrario buscan que haya un beneficio para la comunidad.
Sobre todo, que se generen las condiciones para respetar sus horarios de descanso ya que no sólo es el Instituto, sino ahora se suman las actividades del corralón que instaló la Fiscalía del Estado para llevar autos recuperados de robos y oficiales.
Explicaron que, desde ese corralón todas las noches y en especial en la madrugada, se escucha el movimiento de unidades, ya que en ocasiones golpean la pared que colinda con sus propiedades o se oye cómo caen metales o raspan láminas, pero tampoco nadie los escucha para que se haga algo.
Señalaron que las autoridades siempre han hecho nulo qué quisieron con estos espacios sin consultarlos y no descartan la posibilidad de cerrar los ingresos al fraccionamiento Revolución desde las laterales de Lázaro Cárdenas para ver si así les hacen caso y atienden sus demandas.