Una sensación que pocos desean volver a experimentar es la de sentirse intoxicado hasta perder el control de su propio cuerpo o el conocimiento, al menos así lo afirman quienes han vivido esa experiencia luego de salir de algún antro en la ciudad.
El Occidental contactó a jóvenes, mujeres y hombres, casi todos mayores de edad, que tras estar disfrutando con sus amigos terminaron la fiesta en un puesto de socorros o en el mejor de los casos en su casa, llenos de miedo de lo que pudo haberles pasado.
Una de ellas recuerda una noche de diciembre de 2021 cuando celebraría su cumpleaños acompañada de su novio y algunos amigos en un bar de la colonia Americana, donde un mesero insistió en llevarles bebidas gratis a las que se negaron y pidieron cervezas que les abrieron en el momento, pero mientras bailaban les fueron cambiadas.
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“Yo creía que el sentirme con mareo era parte de tomar cerveza y dejé de ingerir la bebida y de pronto le dije a mi pareja que me sentía mal y que el cuerpo me estaba hormigueando y me sentía entumecida a lo que él dice ‘hay que salirnos y vamos por un suero’. Yo acepté, pero al querer retirarnos los de seguridad nos empezaron a cuestionar y yo trataba de hacerme la fuerte, pero de pronto las piernas ya no me respondían y mi novio como pudo me saco del lugar; llegó el valet parking y nos entregó el carro, me subí al carro y me quedé inconsciente”.
Para la joven la experiencia no terminó ahí, pues su vida estuvo en riesgo y ahora tiene oportunidad de compartirlo gracias a que iba acompañada de alguien que la llevó a recibir atención de inmediato.
“Cuando yo despierto estoy en la Cruz Verde y es muy nulo el recuerdo. Cuando tengo un poco más de conciencia el doctor comienza a preguntarme qué fue lo que consumí y qué tipo de droga había ingerido a lo que respondí que nada, que yo nunca me drogaría y él comenzó a juzgarme y mis papás pidieron que me dejara reaccionar al 100%”.
"No recuerdo mucho lo que pasaba en el hospital y ya que seguía aturdida de lo sucedido, pero los resultados de los análisis arrojaron que le pusieron una droga llamada flunitrazepam y me explicaron que la utilizan para atacar el sistema nervioso y desde entonces ya no salgo”, comentó como parte final de su testimonio, todavía sorprendida por lo que vivió hace más de un año.
Los síntomas son inmediatos
Otro caso es el de una mujer que salió de fiesta a un salón de baile que antes se ubicaba cerca de la glorieta Colón, también en Guadalajara, y por alguna sustancia que cree que había en los hielos. Apenas empezaba a beber cuando comenzó a sentirse muy mal.
Recuerda que la promotora de una marca de tequila les abrió la botella en la mesa “pero yo al primer vaso no llevaba ni la mitad del vaso cuando me empecé a sentir muy mareada. Yo había comido, no había precopeado, yo iba al 100% y se me empezó a hacer muy raro que no llevaba ni un vaso completo y me sentí mal. Fui al baño y empecé a sentir que todo me daba vueltas, empecé a sentir cómo el corazón se me agitaba horrible y empecé a vomitar para tratar de sentirme mejor, pero no mejoraba y fui con una amiga y le dije que me sentía mal y me iba. Me pidió un Uber y me esperó a que lo tomara y cuando llegué a mi casa no podía subir las escaleras, sentía que sudaba super frío y llegué a vomitar, sentía mi corazón que se me iba a salir del pecho, me acosté y ya no supe nada más de mí”, explicó la joven.
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Sin embargo, aunque la mayoría de los testimonios obtenidos son de mujeres la realidad es que también hay varones que han vivido intoxicaciones derivadas de sustancias nocivas que alguien de manera dolosa echó en sus bebidas.
Otro caso es el de un joven que acudió de fiesta a un bar en avenida Chapultepec. “Teníamos ganas de beber en grande y decidimos entrar a un bar; desde que entramos nos dieron mesa y unos shots, pedimos unas botellas y todo iba bien hasta que llegaron unas niñas a la mesa y me dieron de su botella un shot, ahí empezó lo raro, me supo raro y como a los 15 minutos ya andaba demasiado ebrio, pero aun consiente, decidí empezar a tomar agua y solo seguí borracho hasta que me dormí en mi casa”, agregó el joven.
Historias como las que ellos vivieron son comunes entre quienes salen de fiesta y aunque afirman tomar precauciones para evitar ser sorprendidos con sustancias que alteren sus sentidos, muchas veces es mayor la habilidad de quienes pretenden intoxicarles.
No obstante, hasta hoy hay pocas denuncias y ningún detenido al respecto. Al menos en estos casos no se pudo establecer con exactitud cuál era el objetivo final de los causantes contra sus víctimas.