Con el objetivo de atender el fuerte desafío que presenta la deportación de connacionales y la migración de centroamericanos, la Congregación de Misioneros Scalabrinianos y Corporativo de Fundaciones con el apoyo de empresarios abrieron las puertas del albergue Aldea Arco iris en donde les darán comida pero sobre todo capacitación para integrarse a la vida laboral, incluso a los extranjeros.
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Con capacidad para atender de forma permanente a 40 personas con alojamiento y más de 150 con cursos de capacitación en refrigeración, electricidad, y otros oficios se busca que los migrantes puedan enfrentar su situación de otra forma y en el caso de los centroamericanos o de otras regiones del mundo, el Instituto Nacional de Migración les facilita los trámites para su estancia legal ya sea temporal o permanente.
La directora del albergue, Nimbe González, señaló que los cursos son certificados por diferentes instituciones educativas, apoyados por las autoridades estatales y organizaciones internacionales, por lo que los cursos están certificados en refrigeración y aire acondicionado industrial, electrónica, hotelería, gastronomía, repostería, logística y cursos que certifican Cisco y Microsoft. Con estos se “impulsa su integración social y económica, al mismo tiempo se amplían sus oportunidades laborales, al liberarse del estatus de indocumentado que los hace invisibles en nuestra sociedad”.
Este proyecto es una réplica de más de 40 casas que se han abierto en todo el mundo, en México se tiene en Tijuana y Chiapas, a las que se suma la de Jalisco y en donde toda la persona que llegue en calidad de refugiado, migrante o deportado podrán ser candidatos a quedarse hasta un mes, pero si ingresan a las capacitaciones podrán quedarse hasta seis meses, según el curso y en este tiempo se le dan las tres comidas, ropa, calzado y se les da la asesoría para legalizar su estancia.
En el caso de los empresarios que los apoyan se comprometieron para que en caso de que tengan una vacante llevarse a quienes se certifiquen en esta Aldea Arco iris, es decir se tendría una bolsa de trabajo. Se estima que a partir del 26 de noviembre se inicia con un curso y de ahí se inicia el compromiso de atenderlos.
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El proyecto es encabezado por el padre italiano Flor María Rigoni, quien lleva varios años en México y fue el fundador de las otras dos aldeas señaló que “es un sueño que había sepultado, o como dicen muchos migrantes, nuestra esperanza se hizo ceniza, fueron dos personas los que me volvieron a la vida” y reactivaron el sueño para impulsar este tipo de albergues-casas de capacitación.
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“Yo quería una escuela que pudiera darle al migrante, al don nadie, un título, un nombre, un derecho, una profesión, hable un día con el alto comisionado de migración y dijo, padrecito estás pidiendo algo que ni a mi mejor le puedo dar”, pero con la tenacidad que tiene logró este sueño y en donde lo apoyan todas las autoridades.